Los recientes casos de intoxicación por fentanilo en niños en los estados de Sinaloa, Durango y Sonora han generado alarma en la sociedad y preocupación en las autoridades de salud. Estos incidentes han destacado la vulnerabilidad de los niños ante el consumo accidental de sustancias peligrosas y han suscitado una serie de interrogantes sobre las circunstancias que llevaron a estas situaciones.
En Nogales, Sonora, un bebé de 10 meses fue llevado al hospital por sus padres debido a una grave afección de salud. Los médicos diagnosticaron la presencia de fentanilo en su cuerpo y encontraron pastillas de fentanilo en su pañal durante una evacuación. Gracias a la intervención médica, el bebé fue estabilizado y sobrevivió.
En Gómez Palacio, Durango, un niño de seis años fue hospitalizado debido a una intoxicación por fentanilo y otras drogas. Las pruebas revelaron la presencia de múltiples sustancias en su organismo. El niño fue sometido a un proceso de desintoxicación y quedó bajo la custodia de las autoridades de Durango.
En Culiacán, Sinaloa, un trágico incidente ocurrió cuando un bebé de un año falleció después de ingerir una salchicha contaminada con fentanilo. Se sospecha que la droga fue añadida intencionalmente a la comida del niño. Sinaloa ha experimentado varios casos de niños con fentanilo en su organismo, y las autoridades han señalado la posibilidad de que estos incidentes estén relacionados con el contacto accidental de los niños con personas adictas o con individuos que trabajan en la fabricación clandestina de píldoras de fentanilo.
Estos eventos han generado un debate público sobre la seguridad de los niños y han resaltado la importancia de tomar medidas preventivas para evitar futuros casos de intoxicación por sustancias peligrosas en la población infantil. Las autoridades continúan investigando estos casos para determinar las circunstancias exactas que llevaron a estos trágicos sucesos.
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