A la pregunta de si la autoridad municipal puede garantizar que en los próximos meses no habrá feminicidios en la capital o, al menos, que van a disminuir, el alcalde Xavier Nava respondió: “Eso no lo podemos nosotros garantizar”.
Enseguida, en la misma conferencia de prensa, comentó: “Muchas de estas actuaciones absolutamente detestables y condenables tienen que ver en el seno familiar, y la Policía Municipal no está adentro de los domicilios”.
Así, el alcalde pretende ignorar la responsabilidad que en la seguridad pública le corresponde al Ayuntamiento en primera instancia.
Responsabilidad donde la actuación policiaca directa solo debía ser el último recurso, pues lo primero deben ser las tareas de prevención y monitoreo, donde las cámaras de vigilancia, la iluminación de las calles, y la cultura de la denuncia juegan un primer papel.
Y Nava Palacios también pasa de largo sobre las labores de trabajo social, de alternativas para la juventud, de oportunidades para el desarrollo comunitario que aleje las drogas y dé alternativas a la población.
Todo eso parece o le conviene ignorarlo, y le resulta más fácil, aunque es más cínico e irresponsable, descargar la responsabilidad a las propias familias o a otras autoridades, como al presidente de la república.
Reconoció, además, que la actuación de la autoridad municipal a su cargo se limita a reaccionar con la represión y el uso de la fuerza policiaca cuando los problemas ya se generaron: “Nosotros trabajamos cuando hay un llamado a estas unidades de atención a violencia familiar y de género”, remató.