El 12 de enero de 2018, la maestra Lourdes Cárdenas salió de su trabajo sin imaginar que serían sus últimas horas de vida; dos hombres la abordaron, la secuestraron y la llevaron a un domicilio donde sería torturada y asesinada. Su cadáver fue lanzado a orilla de carretera con la mayor parte del cuerpo calcinada. Las sospechas recayeron en su jefe, Crisógono Sánchez, hoy director del SEER, y de su esposa, Nora Hilda Sánchez. Han pasado cuatro años y el feminicidio sigue impune.
El poder de los Sánchez Sánchez, incrustados en la política desde hace años, sobrevivientes del PRI, del PAN y, ahora, del Partido Verde, les permite delinquir sin consecuencias porque siempre hacen arreglos políticos, pero el caso de la maestra Lourdes los perseguirá por siempre porque es la única víctima de feminicidio cuyo cadáver fue calcinado y su rostro descarnado, según se narra en el expediente.
Los padres de Lourdes pidieron justicia al exgobernador Juan Manuel Carreras, pero este los ignoró. El entonces fiscal Federico Garza Herrera obtuvo una orden de aprehensión que nunca aplicó. Cuando ocurrió el feminicidio, entonces delegado de CONAFE, Crisógono Sánchez y Nora Hilda se refugiaron en uno de sus ranchos en la Huasteca Potosina.
Los policías investigadores, en su momento, confiaron a CódigoSanLuis.com que se trató de un horrendo crimen pasional porque así resolvía sus diferencias la señora Nora con su esposo, que era común en la Huasteca que ambos golpearan, a veces hasta la muerte, a quienes consideraban que eran sus rivales en amores, pero de eso nunca había denuncias ni quejas, porque son los amos y son poderosos.
Los supuestos cómplices de Nora Hilda dijeron a la policía que todo lo planeó la señora y que ella, personalmente, golpeó en la cara a la maestra Lourdes por atreverse, según su convicción, a intentar robarle a su marido sin que hubiera prueba de ello. A sangre fría, le descarnó el rostro y la quemó y luego ordenó a sus cómplices sacar el cadáver de la casa y tirarlo en cualquier lado. Su sed de venganza había quedado saciada.
Cuando la Fiscalía emitió la ficha de búsqueda de la maestra Lourdes, a petición de la familia, pronto se supo que se trataba de la secretaria particular del delegado de CONAFE, Crisógono Sánchez y su verduga era la señora Nora Hilda.
Las investigaciones iniciaron, pero la responsable intelectual y material tuvo todo el tiempo para huir. Por algunos meses, según familiares, huyó a Cuba, pero se aburrió y, con ayuda de su hijo, Christian Sánchez, hoy diputado federal, volvió a la Huasteca. Todos lo sabían, pero nadie se atrevió a aprehenderla, sólo sus cómplices fueron a parar a la cárcel.
Finalmente, el 10 de diciembre del 2020, lograron que los peritos médicos José Arturo Chávez Contreras, Dolores del Carmen Martínez Herrera y Adalberto Palomo Moreno, avalaran la petición de los familiares de Nora Hilda para declararla inimputable invocando el Artículo 303, Fracción II, Inciso C del Código Familiar Vigente en el Estado, debido a que, presuntamente, padece demencia bascular que es un trastorno incapacitante, crónico, deterioriante, irreversible y sólo controlable con medicamentos, así que, en esa condición no pisará la cárcel jamás. El feminicidio de la maestra Lourdes quedará impune legal y políticamente.
Cuando se asomaba un rayo de esperanza, Crisógono Sánchez saltó de nuevo al poder como director del Sistema Educativo Estatal Regular, gracias a la generosidad del secretario de Educación, Juan Carlos Torres Cedillo.
La justicia no ha sido pronta ni expedita, pero un día los alcanzará.