Pánico y terror han comenzado a sembrar altos funcionarios de Gobierno del Estado entre los burócratas y sindicalizados del Ejecutivo pues, sin fundamento y con toda la alevosía posible, han circulado toda clase de chismes y rumores en los que se asegura que, una vez que Ricardo Gallardo asuma funciones como gobernador de San Luis Potosí, tomará represalias y hostigará a los trabajadores para obligarlos a renunciar y, posteriormente, acomodar a su gente de confianza.
De acuerdo con versiones de los propios trabajadores, la mayoría de ellos sindicalizados, los director de áreas y jefes directos han circulado por todos los medios posibles rumores sobre el hostigamiento y la violencia laboral que se podría estar presentando en los próximos años pues, entre otras cosas, aseguran que el nuevo gobierno sí llegará a trabajar y la dinámica que se ha implementado en la actual administración ha sido, en muchas áreas, de flojera y relajo.
Los afectados, quienes han comenzado a dudar de la veracidad de los rumores dada la insistencia de los funcionarios, corresponden a Ayudantía, Protocolo y Relaciones Públicas, además de diversas áreas de las secretarías y organismos descentralizados pues, señalan, los rumores han corrido por todos los pasillos de las dependencias estatales a pesar de que, hasta el momento, no hay nada oficial ni versiones confiables que demuestren que habrá despidos masivos, hostigamiento, recortes, eliminación de prestaciones o demás situaciones que atenten contra los derechos que, con el paso de los años, se han ganado los sindicalizados.
Algunas versiones insisten en que, con estos chismes, lo único que se está haciendo es generar un clima de incertidumbre e ingobernabilidad entre los trabajadores del Estado para perjudicar el arranque del nuevo gobierno por lo que, en forma pacífica, los líderes sindicales han insistido en el llamado para no creer en los rumores que difunden altos funcionarios y esperar a que se defina la nueva dinámica de trabajo.
