Apenas hace una semana, la rusa Erika Andreeva, ingresó al Top 100 de la clasificación mundial WTA, logrando entrar a ese club donde ya se encontraba su hermana menor, Mirra, que, a los 16 años, se encuentra ubicada en el peldaño 38. Actualmente, Erika, se encuentra en el lugar 94.
Las Andreeva, originarias de Krasnoyarks, se han convertido en una sensación en el circuito femenil, pues es poco común que dos hermanas logren el estrellato en el tenis internacional, con pocas excepciones, como Venus y Serena Williams, las gemelas Karolina y Kristina Pliskova, o Agnieszka y Urszula Radwanska.
Erika, de 19 años, se encuentra en México donde participa en el WTA 125 San Luis Open, con la quinta siembra entre las favoritas al título.
La jugadora rusa llega al torneo potosino de semana santa con participaciones en los WTA 1000 de Indian Wells y Miami, además de jugar un 125 en Charleston, donde alcanzó la ronda de cuartos de final.
A pesar de su corta edad, Erika ya tiene dos finales 125 en su biografía, pues a finales de 2023 logró llegar al último partido en los torneos de Rouen y Andorra, donde se quedó cerca de ganar su primer título profesional.
En las canchas de arcilla del Club Deportivo Potosino, a la tenista rusa se le presenta una gran oportunidad para dar el salto y estrenarse en el palmarés del circuito femenil, aunque reconoce que no será nada sencillo por la altura de la capital potosina.
“Es muy difícil, porque las condiciones aquí son muy diferentes, aquí hay altitud muy elevada y es muy duro, pero me siento bien, y espero mostrar un buen nivel de juego. En realidad, intento estar con una gran mentalidad cuando llegue a cada partido, este torneo quiero ganarlo, y espero que esta semana pueda ser cuando pueda alcanzar mi primera corona. Mi objetivo pasado no era exactamente entrar al top 100, era más que no quería jugar en rondas clasificatorias, porque sentí que mi objetivo era más alto, estar en los torneos principales, en eventos como los de Miami, y ser una top 10”, dijo la jugadora que entrena en Moscú.
Junto a Mirra, ha tenido un gran impacto en el tenis femenil, sobre todo por la relación tan estrecha que llevan en el ámbito familiar.
“Es increíble, cuando tenemos los mismos torneos, vivimos juntas, compartimos la habitación juntas, y se siente como si estuviéramos en casa, la mayoría del tiempo estamos juntas, hablamos mucho de mi juego, de su juego, y eso nos ayuda a mejorar”.
“Nuestros padres nos apoyan incondicionalmente. Siempre han creído en mí y en Mirra, siempre nos apoyaban, y nunca nos pusieron presión. Es como, haces lo que quieras hacer, y siempre te vamos a apoyar, si no te gusta, no lo hagas, si te gusta, si lo haces, les damos todo lo que podemos para ayudarles a lograr lo que quieren, así ha sido desde un inicio”, agregó Andreeva, quien también opinó sobre la gran cantidad que hay de tenistas rusos y rusas en los circuitos profesionales WTA y ATP, y por qué son tan exitosos.
“Honestamente, siento que todos los jugadores rusos, incluso hay muchos que no juegan para Rusia, pero siento que en nuestra nación tenemos algo, que siempre queremos ganar, no importa lo que sea, y no importa la manera en que ganamos, pero tenemos esta cosa competitiva, es algo que tiene cada jugador ruso, no sé cómo crece, pero lo tenemos desde la infancia, incluso desde los torneos de niños”, señaló Erika, que ya tiene experiencia en un Grand Slam, pues jugó el US Open en el 2022.