La Agencia de Protección Sanitaria (Agepsa) ha detectado la presencia de materia fecal en garrafones de agua durante inspecciones realizadas a purificadoras en la Ciudad de México. Esta preocupante situación ha generado un aumento en las denuncias relacionadas con la calidad del agua suministrada por estas purificadoras.
Ángel González, director general de Agepsa, ha expresado su preocupación al respecto: «Encontramos muchas purificadoras, con patógenos, contaminados con microorganismos que están en la materia fecal». Estas afirmaciones ponen de manifiesto los riesgos para la salud que implica el consumo de agua contaminada.
La Agepsa realiza análisis del agua de las purificadoras cada tres meses en sus laboratorios. En caso de no pasar la verificación, se envía personal al lugar para realizar una inspección adicional. Si se constata que el agua no cumple con los estándares de limpieza y purificación, se colocan sellos de suspensión.
Recientemente, una purificadora ubicada en la calle de Coahuila, en la colonia Roma Norte, fue suspendida debido a deficiencias encontradas en los garrafones o depósitos utilizados para expender el agua. Según Ángel González, esto representa un alto riesgo para la población.
En otra purificadora situada en la calle de Mérida, también se encontraron irregularidades, ya que no contaba con una cabina de llenado adecuada. Esta situación condujo a su suspensión por parte de las autoridades. Rubén Guerra, encargado de la purificadora mencionada, afirmó que su intención siempre ha sido ofrecer un buen servicio y que comprende la importancia de proteger la salud de los consumidores.
En la Ciudad de México, existen más de mil 500 purificadoras autorizadas por la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) y deben exhibir su permiso de funcionamiento de manera visible al público. Este permiso implica la obligación de cumplir con las normativas establecidas para el proceso de purificación del agua.
Sin embargo, también se estima que hay alrededor de mil purificadoras clandestinas operando en la ciudad. Estas purificadoras representan el mayor riesgo, ya que no cumplen con las regulaciones sanitarias adecuadas. Ángel González advierte que el problema más grave asociado con el consumo de agua contaminada es la gastroenteritis infecciosa.
Ante esta situación, la Agepsa se encuentra intensificando sus esfuerzos de inspección y supervisión para garantizar que las purificadoras cumplan con los estándares de calidad y protección sanitaria. Asimismo, hacen un llamado a los consumidores a verificar que las purificadoras cuenten con los permisos correspondientes antes de adquirir agua purificada para asegurar su salud y bienestar.