Atrás quedó la unidad, el compañerismo y la amistad que tanto se pregonaba; la bancada del Partido Acción Nacional en el Congreso del Estado está más que dividida y prueba de ello es el tremendo encontronazo que se suscitó esta misma semana durante la sesión en la que se eligió a la nueva presidenta de la Directiva, pues las diferencias y rivalidades entre los legisladores salieron a flote y terminaron echándose en cara las supuestas ganancias que se estaban llevando al lucrar con la representación de los potosinos.
Los hechos ocurrieron en un espacio alterno al salón de plenos durante uno de los recesos que se solicitaron, justamente, para que los panistas pudieran limar asperezas o, de una vez, darse con todo antes de verse obligados a retomar las actividades legislativas como si nada pasara.
Testigos del suceso aseguran que la dupla de Rubén Guajardo y Juan Francisco Aguilar fueron los primeros en atacar. El exdirigente panista, al que no lo calienta ni el sol luego de que se dieran a conocer todas las anomalías que se cometieron durante su presidencia, había estado de inquinoso y con su hábil tenebra, encendió los ánimos entre su compadre Rubén y las diputadas Aranzazú y Liliana, de modo que, cuando estuvieron a solas, fue quien soltó el golpe.
Rubén y Juan Francisco, precisan, reclamaron a sus compañeras que hubieran cedido la presidencia de la Directiva al Partido del Trabajo cuando, según los pactos hechos al inicio de la Legislatura, el PAN estaría durante todo el segundo año de actividades, sin embargo, cuando se decide que la diputada Liliana asumiría la titularidad de la Junta de Coordinación Política, el PAN se vio obligado a dejar la Directiva. Este hecho, reitera, era el tema central, pues, como se recordará, Rubén estuvo más que interesado en quedarse con uno de estos cargos, pero, bajo el argumento del género, las mujeres resultaron ganando.
Aseguran que, en un arrebato de ira, Rubén preguntó que cuánto habían cobrado por cederle la Directiva al PT, sugiriendo que tanto Aranzazú como Liliana se habían llevado una gruesa rebanada de pastel por este movimiento político. Dicen que, en el fondo, lo que más le dolió al diputado fue que no le compartieran, a pesar que, por cierto, está más que empeñado en poner a su esposa, Silva Govea, como magistrada en el Poder Judicial.
Ante el ataque de su compañero, la representante del Distrito VII, Aranzazú Puente, dio un manotazo en la mesa para calmar las aguas y, sin temor alguno, reconoció que se había generado un acuerdo para permitir que el PT llegara a la Directiva y que, al mismo tiempo, Liliana Flores pudiera quedarse con la JUCOPO, sin embargo, de pasteles, de billetes o de otra cosa, no se hizo mención.
Sorprendidos por la autoridad de la panista, Rubén y Juan Francisco retrocedieron a las hostilidades, mientras que Liliana se sintió arropada. En la mesa también estaban los diputados José Ramón Torres y Bernarda Reyes, pero ellos se mantuvieron callados todo el tiempo, no fuera la de malas que les tocara un golpe.
Se sabe que el PAN está hirviendo y que el problema podría agudizarse en próximos meses, conforme se vaya acercando el proceso electoral. Mientras tanto, se corre el rumor de que ya todos traen sus amuletos y bendiciones para evitar que les vayan a hacer algún maleficio con el libro de brujería que, de acuerdo con los informes oficiales, se compró con recursos del partido durante la presidencia de Juan Francisco Aguilar.
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