El presidente Andrés Manuel López Obrador reconoció ayer que son inviables por la vía legal algunos puntos claves de su “plan B” de reforma electoral, como la elección abierta de consejeros y magistrados y la reducción del Congreso, por lo que convocó a los mexicanos a defender la democracia y a una marcha al Zócalo el día 27, que él mismo encabezará y que culminará con su Informe de cuatro años de gobierno.
En la conferencia de ayer, el mandatario señaló que no tiene el apoyo de la mayoría calificada en el Congreso para hacer cambios constitucionales como los mencionados. Sin embargo, anticipó que buscará reformas legales para otros objetivos, como reducir el costo de las elecciones y reforzar los candados que eviten la compra del voto, por ejemplo con el uso de monederos que se reparten en campañas.
“¿Hasta dónde puedo con la nueva iniciativa? Pues sólo lo que signifique reformar la ley”, subrayó.
Dijo que se puede reducir presupuesto para que no haya duplicidades; destacó la importancia de evitar la compra de votos, porque “los conservadores” tienen “bien habidos y mal habidos… bastantes billullos; por eso, en las reglas quedó abierta la puerta para ese ilícito. Otro mecanismo es la manipulación en los medios. Y eso, aunque no haya reforma, nosotros vamos a continuar concientizando”.
–¿Ahorcar al INE? –se le preguntó.
–No, no, por favor. Hasta se decía antes que el Creador aprieta, pero no ahorca.
López Obrador dio marcha atrás en parte del “plan B” que anunció la víspera y asumió que requiere cambios constitucionales. Consideró muy importante que en los próximos comicios la gente tenga claro que, al votar por el presidente, también lo haga por los legisladores de su movimiento, “si se quiere tener a un mandatario que transforme, que defienda al pueblo”.
Enfatizó en la pertinencia de cambios en la organización electoral: “tenemos que garantizar que haya democracia en México, que nunca más se imponga mediante un fraude a un gobernante, porque no estamos hablando de un país donde nunca o muy pocas veces ha habido fraude, sino de uno en el que, desgraciadamente, ha sido una constante”.
Consideró que muchos de quienes acudieron a la marcha opositora del pasado domingo están desinformados y desconocen el contenido de la iniciativa de reforma constitucional, pero ante la falta de una mayoría calificada, “ando viendo, sin violar la Constitución. Ya les dije qué cosas no se pueden, pero sí hay posibilidades de modificar la ley electoral, la secundaria, para avanzar en la democracia”, anticipó.
Mencionó que hizo un sondeo con la gente sobre su plan original del acto para su próximo Informe de gobierno, en el que detallaría su nueva propuesta de reforma electoral sin cambiar la Constitución. Y como lo suyo, dijo, es “mandar obedeciendo”, aceptó sugerencias de cambiar el formato y la fecha, para que no sea en día hábil, sino en domingo, y así resulte más fácil la concurrencia.
Anunció que ya no será una concentración en el Zócalo el primero de diciembre, sino una marcha que él encabezará, del Ángel de la Independencia al Zócalo, donde rendirá su informe.
–¿Cuál es el motivo?
–El Informe, cuatro años de transformación. Para ver también si la gente está contenta con el cambio, si vamos bien.
–¿Es una muestra de músculo?
–No. De todas maneras íbamos a hacer el acto por el Informe, pero ayuda la marcha. Además, ya me estoy aburguesando mucho.
En su largo alegato sobre la polémica organización electoral, aseguró que en torno a la marcha del domingo pasado hubo muchas afirmaciones basadas en la ignorancia de la propuesta de reforma, y también en la mala fe.
“Imagínense, Fox diciendo que si yo aparezco en la boleta, ‘yo me voy a enfrentar’. ¡Uy, qué miedo! Pero, además, fíjense la mala fe o el desconocimiento, para no decir ignorancia. ¿Cómo no va a saber él que no puede enviarse una iniciativa donde no se diga que no se permite la relección? O sea, es mala fe, lo menos.”