Un hombre condujo una camioneta a toda velocidad contra una multitud que celebraba el Año Nuevo en el Barrio Francés de Nueva Orleans, dejando 11 muertos y más de 35 heridos. El incidente ocurrió la madrugada del miércoles, según informó la policía local.
El atacante, identificado como Shamsud-Din Jabbar, portaba una bandera del grupo Estado Islámico en su vehículo, según confirmó el FBI, que investiga posibles vínculos con terrorismo. Aunque el caso no ha sido clasificado oficialmente como un ataque terrorista, el FBI encontró un supuesto artefacto explosivo en la escena.
El conductor disparó contra la policía tras impactar con la multitud, hiriendo a dos agentes que se encuentran estables. Jabbar murió poco después del ataque, según reportes de medios estadounidenses.
El gobernador de Luisiana, Jeff Landry, calificó el acto como «horrible» y destacó la violencia del ataque, que ocurrió en una de las zonas más concurridas de la ciudad. Testigos describieron cómo la camioneta atravesó barricadas a alta velocidad antes de que su conductor abriera fuego.
El presidente Joe Biden condenó la violencia, asegurando que «Estados Unidos no tolerará ataques contra su población». En contraste, Donald Trump relacionó el incidente con la inmigración irregular en un mensaje en redes sociales.
Nueva Orleans, famosa por su vida nocturna y su historia cultural, había desplegado una vigilancia intensificada por las celebraciones de Año Nuevo. Sin embargo, el ataque ocurrió en medio de la multitud, poco antes del esperado partido Sugar Bowl, que atrae a miles de visitantes.
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