La semana pasada, el dueño de Petrogesa, Gerardo Sánchez Zumaya, retomó la vieja denuncia que, en el 2021, presentaron Xavier Nava Palacios, entonces presidente municipal de la capital potosina, y Juan Manuel Carreras, en ese momento gobernador del Estado. Estos personajes pretendían que Ricardo Gallardo Cardona, quedara fuera de la contienda por la gubernatura.
Algún asesor bobo de Zumaya le dijo que existía ese expediente y el huasteco cayó redondito en la trampa impulsado por oligarcas potosinos que, cobardes como son, ven que lo pueden usar para cobrar venganzas y, en su inocencia, el joven dueño de Petrogesa se puso a sudar calenturas ajenas.
En la estrategia, se incluyó hacer circular la especie de que el gobernador era investigado por la UIF y, a billetazo limpio, rolaron la nota por algunas páginas de Facebook y en sitios propiedad de los pagineritos al servicio del expresidente, Andrés Manuel López Obrador.
No hay, sin embargo, dicha completa. Los encargados de desplegar la nota contra Gallardo reían embriagados por la travesura. “¡Está bien encabronado!” Decían jadeantes, escupiendo saliva mientras comentaban entre tragos y polvos.
El karma llegó pronto. Una publicación del Periódico Reforma convirtió la risa en caras largas porque, detalla el contenido de una denuncia penal en la que el huasteco Zumaya aparece como beneficiaron de actos de presunta corrupción en los que tiene implicada a toda la familia y algunos jóvenes que aparecen en los contratos.
En la Huasteca, se conoce bien la historia de la familia Sánchez Zumaya. Siempre implicada en polémicas. Hace poco, la periodista Magui López le cuestionó a Gerardo de dónde provenía el dinero que gasta a raudales para financiar su precampaña a la gubernatura si, supuestamente, estaba en la ruina. No hubo respuesta.
La denuncia penal contra Sánchez Zumaya, publicada por Reforma, detalla lo que puede ser una bomba de corrupción que tendrá que investigar la Fiscalía General de la República y que, dicen algunos, ya tienen ubicada también en Estados Unidos. ¡Miau!
