No ha terminado de resolverse una crisis en el sistema de salud cuando ya se dio a conocer una nueva y, otra vez, las autoridades sanitarias quedan en jaque ante la evidencia de las condiciones tan lamentables en que operan y dan servicio a la ciudadanía. Ya no es el Hospital Central, que ciertamente continúa con muchos problemas, ahora es el Hospital del Niño y la Mujer donde, como si no fuera suficiente problema el desabasto de insumos y medicamentos, a sus directivos se les ocurrió la flamante idea de ponerse estrictos y comenzar a aplicar una serie de normativas que atentan contra los derechos humanos y laborales del personal.
Las imágenes que corrieron en redes sociales son altamente reveladoras; castigos de hasta una hora extra de trabajo en contra de todo aquel que llegue un poco tarde, la eliminación del horario de comida y la advertencia de que se les está vigilando en todo momento, peor que la Casa de los Famosos o La Academia. Ya nomás falta que también lo transmitan en vivo.
Los agravios son muchos y lo más agraviante es que se les exige como si se les dieran todas las condiciones para que trabajaran apropiadamente, como si les pagaran en tiempo y forma, como si respetaran sus derechos como trabajadores. Tres pesitos de madre, por favor.
Que lo sucedido en el Hospital Central sea una advertencia de lo que puede pasar en el Del Niño y la Mujer; tanto presionaron a los trabajadores que terminaron levantando la voz y la movilización afectó más a los directivos. Daniel Acosta, como coordinador estatal del IMSS-Bienestar y las nuevas responsables del área de Salud del Gobierno del Estado, Leticia Mariana Gómez Ordaz y Elizabeth Dávila Chávez, tienen que atender con urgencia este fenómeno antes de que les llegue a explotar en las manos y les genere una crisis todavía mayor.
Por cierto, hay que reconocer que el Gobierno del Estado entró al quite y se sumó al esfuerzo para atender la crisis por desabasto de insumos y medicamentos que hay en el Hospital Central. El nosocomio ya está federalizado, pero el Gobierno de la República nomás no da una ¡Bravo por el Ejecutivo Estatal!
Cavilaciones:
Primera: En la Huasteca Potosina, la reportera Magui López arrinconó de fea manera al “Tanquianero de Tanquián”, Gerardo Sánchez Zumaya. El aspirante a candidato a gobernador ya no veía lo duro, sino lo tupido, de las preguntas de la aguerrida periodista huasteca. Este felino les comparte el link por si les pega la curiosidad (VIDEO).
Segunda: Con la novedad de que Morena va a arropar al expriísta, Alejandro Leal Tovias, alias «El Caco». Su amigo, Juan Ramiro Robledo, futuro ministro de la Corte, lo cubrirá con su manto ¡Miau!
Tercera: El drama panista que busca pasar por alto la ley para sentar a Marcelino Rivera como diputado en la LXIV Legislatura raya en lo vulgar. El señor sabe, desde hace 10 años, que enfrenta un proceso sancionatorio, que está inhabilitado para ocupar cargos públicos, que debe 13 millones de pesos que desvió cuando fue presidente municipal de San Martín, del 2012 al 2015, que tiene una multa de 800 mil pesos y que, en todo este tiempo, se sordeó. Ahora que la situación le impide ser diputado, reprocha al Instituto de Fiscalización y enreda, mañosamente, a organismos electorales. Las historias de La Rosa de Guadalupe les quedan cortas a los panistas. Sus apoyadores, Rubén Guajardo y Vero Rodríguez, le venden esperanza y acusan que les quieren quitar una curul al PAN, pero la curul es toda suya, ellos registraron a propietario y suplente. Ni como ayudarles.
