Tras una larga convalecencia, Bernardina Lara Argüelles, «Nina», eligió el 1 de mayo para regresar al tinglado político. La dirigente del sindicato mayoritario de trabajadores al servicio del Estado, el SUTSGE, decidió reaparecer en medio de la algarabía de sus agremiados que no se esperaban su presencia en el desfile del Día del Trabajo.
Nina está acostumbrada a la hostilidad, a las batallas sin fin, a las negociaciones rudas y, aunque a lo largo de los años ha sido traicionada por algunos de sus cercanos que venden su honor por plazas para sus familiares, ella ha transitado y sobrevivido a todo tipo de gobiernos y de gobernadores.
Los estilos de los mandatarios en turno no le hacen mella. Ella conoce, como la palma de su mano, las entrañas de la burocracia y sabe esperar las coyunturas oportunas para obtener lo que desea para su gremio. Es justo ahí donde está su punto débil, porque ella da la vida por los sindicalizados, pero la mayoría de los burócratas, una vez que se sindicalizan, le dan la espalda y se vuelven flojos y prepotentes.
En el Gallardato, Nina ha estado prácticamente ausente, la enfermedad la ha mantenido en cama y sus cercanos no tienen los arrestos para negociar aumentos salariales, para defender logros sindicales y mucho menos para representar a personas que son despedidas, en algunos casos, injustamente.
La coyuntura electoral permite saber que Nina está jugando y que los votos de sus agremiados tienen valor. Tal vez, ningún partido tiene en su radar la fuerza del voto de los burócratas, pero de que valen, valen.
Los estrategas de las dos coaliciones y los otros partidos que contienden por los diversos cargos tienen en el SUTSGE una bolsa de, por lo menos, unos 50 mil votos. El que quiera ver, que vea, y el que quiera entender, que actúe.
Cavilaciones:
Primera: En el romance tóxico que traen el diputado federal de Morena, Kevin Aguilar, y el presidente del Consejo Estatal del mismo partido, Carlos Arreola, se incluye una amenaza de muerte de Kevin para Arreola y una herida que este último le provocó a Kevin y que requirió una costura de dos puntos. Se quieren y no son nada.
Segunda: En los corrillos magisteriales se maneja la versión de que el director del SEER, Crisógono Sánchez Lara, podría convertirse en nuevo secretario de Educación de un momento a otro ¡Miau!
Tercera: La salida de Juan Pablo Escobar Martínez de la Subsecretaría de Enlace Legislativo vuelve a encender las alarmas entre muchos funcionarios del Gabinete Estatal. Una vez más se corre la versión de que algunos secretarios están en la cuerda floja y eso, desde luego, los obliga a trabajar. Justo lo que no les gusta hacer.
