Los diputados federales, que no tienen ni un mes en funciones, están empeñados en mantenerse al centro de todos los reflectores, en el ojo del huracán, y lo están logrando con éxito. México no ha logrado reponerse de la conmoción que generó la Reforma Judicial y ahora tiene que «soportar» que el control de la Guardia Nacional pase a manos de la Secretaría de la Defensa Nacional, hecho que, a todas luces, representa un cambio bastante drástico en la estrategia de seguridad y paz que se ha estado implementando en todo el país.
Aprovechando la mayoría que tiene Morena y sus aliados en los espacios legislativos, no les interesa evidenciar (incluso se muestran orgullosos) de la actitud servil y sumisa que han demostrado para con Andrés Manuel López Obrador, ni siquiera con Claudia Sheinbaum como próxima presidenta de México. Es El Peje el jefe real de los diputados y senadores.
Ahora que ya se aprobó el tema en San Lázaro y que se ve como una hecho inminente, se debe puntualizar que la transición no será fácil porque el nuevo modelo es, dígase lo que se diga, la militarización de la seguridad pública y, con ello, los militares se vuelven más poderosos, sin embargo, y dado que no hay dicha completa, lo cierto es que los militares tienen poder legal, pero no real. En el actual sexenio, perdieron dignidad y respeto ante el crimen organizado.
La Guardia Nacional pierde ese carácter ciudadano que, por lo menos, tenía en su constitución y que todavía presumía como una herramienta para actuar ante determinadas situaciones. La militarización que se ha autorizado viene acompañada de un montón de cambios que, sin duda alguna, generará un nuevo esquema de actuación y ejecución en cuestiones de seguridad pública. Ello, obligará a que los estados también tengan que ajustar sus marcos de acción para homologarse con lo federal.
Muchos cambios se vienen. Sí, hay una transformación, pero nadie tiene la certeza de que es una buena transformación.
Cavilaciones:
Primera: Según los informantes de este felino, en la Cámara de diputados, en México, poco a poco se van haciendo los grupitos y las «burbujas». Por lo pronto, los gatos de la zona reportan que Juan Carlos Valladares sólo se junta con la cúpula verde y, por lo demás, que el mundo ruede ¡Miau!
Segunda: Los cambios y enroques que dará a conocer el gobernador Ricardo Gallardo después de su informe incluyen algunas concesiones para los candidatos que perdieron en la pasada elección ¡Cualquier bobería!
Tercera: Alito Moreno, líder nacional del PRI, será uno de los invitados especiales del alcalde Enrique Galindo, en su tercer informe como presidente de San Luis Potosí capital. Ahora resulta que, en los hechos, el dirigente priísta es el único que ha demostrado honor y fuerza. Así pasa cuando sucede.