
Luego de tantas denuncias, finalmente, el Gobierno y el Congreso del Estado se dieron cuenta de la putrefacción que existe en el gremio de notarios, de las malas prácticas que, durante años, han marcado el desempeño de los fedatarios y del grave perjuicio que estos actos indebidos representan para los potosinos. Tanto se dieron cuenta que, ahora, han comenzado a plantear la posibilidad de hacer una limpia y de impulsar una reforma que, a estas alturas, sólo se pide que no sea como la del Poder Judicial.
Una cosa es cierta; hay de todo como en la viña del Señor. Hay notarios honestos, gandallas, a modo y conflictivos. Las notarías, tradicionalmente se entregan a los secretarios de Gobierno cuando dejan el cargo, a amigos de los gobernadores o a cómplices de algún movimiento estratégico del gobierno.
No hay notario pobre, eso se dice en el argot de los notarios, porque, apenas obtienen el fiat y su condición económica florece abundantemente. Todos sabemos por qué, es un secreto a voces, pero de súbito les llegan lujos, autos, casas… opulencia. Desde luego, los grupos de presión tienen a sus favoritos y es así como algunos de ellos han amasado grandes fortunas. Estos sí, salieron marranos y trompudos.
En contra parte, también hay notarios perseguidos. El caso más emblemático es el de Gerardo Parra, notario 21 a quien, durante el Toranzato, quisieron hundir. Le armaron un expediente y buscaron quitarle el fiat notarial, pero su honestidad y el respaldo social que recibió hizo recular al entonces gobernador y a su secretario general, Candido Ochoa (qepd). Al final de ese sexenio, terrenos que se agandallaron en Villa de Reyes, pasaron a nombre de Fernando Toranzo donde construyó «su nido de amor» según decía a sus cercanos.
Recientemente, volvió a cobrar fuerza el caso de Juan José Gaytán, titular de la Notaría 18, quien, valiéndose de su poder, ha despojado a decenas de personas de propiedades e inmuebles. Como él, muchos en las tierras del Potosí.
Se esperaría que la reforma que se está cocinando, realmente sirva para limpiar el cochinero que hay en las notarías y que, al final, los potosinos sean quienes salgan ganando.
Cavilaciones:
Primera: En el bajo mundo de la encuestitis, se asegura que Rubrum ya agarró de sus puerquitos a los ansiosos futuristas del PAN y de MORENA. Con sus estudios a modo, los políticos se autoengañan pagando posiciones en la preferencia ciudadana. Total, con dinero ajeno ni quien reclame.
Segunda: Alguien debe decirles a los empresarios que pavimentan las calles de San Luis Potosí que hay alcantarillas en los arroyos. Y ahí andan los chambones aplicando el asfalto, pero las dejan hundidas. Una vez «terminadas» las obras, destruyen el asfalto para nivelarlas. Si no nos creen, que se den una vuelta por la lateral de la av. Salvador Nava. a la altura de Walmart, o en algunas calles de la colonia Estadio. El Ayuntamiento debería valorar multarlos por tan mal trabajo.
Tercera: Giovanna Argüelles ha sido reelecta como presidenta de la Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDH). La activista ha sido blanco de ataques de mujeres y organizaciones que han decidido cambiar la defensa de los derechos humanos por ambiciones personales. Este felino le desea buena suerte a la ombudsperson ¡Miau!