Una vieja frase dice que si realmente quieres conocer a alguien, bastará con que le des un poco de poder, pero en los casos que les quiero mencionar, hay muchos ejemplos de gente que todavía no tiene poder, sin embargo, ya enloqueció con lo que creen que llegarán a tener; se trata de aquellos que consiguieron el triunfo en las elecciones del pasado 2 de junio que, apenas les dieron su constancia, comenzaron a sentirse amos y señores, jefes de jefes y mandamases todopoderosos.
Hay gente que, de a tiro, enloqueció con lo poco o mucho que consiguió. Desde aquellos que estarán en una regiduría hasta los que encabezarán una Presidencia Municipal, incluso los que ocuparán una curul en el Congreso del Estado y, bueno, ya ni hablar de los que consiguieron boleto para San Lázaro. La cosa es sencilla y se ve igual en hombres que en mujeres. Este mal, esta locura poselectoral, no distingue género.
Desde Arnulfo Urbiola, en Rioverde, hasta Cinthia Segovia, en Cedral; las cosas están parejas. El primero está completamente alienado, sobre todo porque ya se sentía en la calle luego de que Leobardo Guerrero le metiera tremendo susto. Ya con el triunfo en la bolsa, se descosió… tanto que, dicen, lo andan checando con lupa para que no vaya a hacer algo imprudente. La segunda, por su parte, tanta euforia trae encima que no le importó que el pueblo estuviera en duelo por una de las víctimas del Rich, la alcaldesa electa de Cedral armó su festejo. Grotesco, el asunto.
José Reyes Martínez «Reyitos», la próxima alcaldesa de Venado (por cierto, sigue siendo un conflicto saber si uno se debe referir a ella/él en masculino o femenino, porque se registró como mujer para la contienda electoral, pero en redes sociales se refiere a su propia persona como si se tratara de un hombre), también planeó un pachangón por su triunfo ¿Fiestas para qué? Digo…
Las cosas están mal, desde la Huasteca hasta el Altiplano. Las autoridades electas andan desatadas, celebrando el triunfo, como quien se gana la lotería. Pareciera que no han entendido la responsabilidad que implica el cargo que se han echado encima. Déjense de cosas y prepárense para el reto porque la gente espera mucho de sus administraciones. Cuéntenme si saben de otros que hayan perdido el piso. Yo tengo una lista bastante larga y les adelanto que los voy a estar vigilando a ver qué tal trabajan.
Cavilaciones:
Primera: Terrorismo fiscal es lo que le están aplicando al exrector de la UNAM, Enrique Graue. En el pasado reciente, el obradorato utilizó la Unidad de Inteligencia Financiera, pero parece que, antes de concluir su mandato, quiere cobrar vengancitas y venganzotas.
Segunda: En Matehuala, la empresa Arneses, que da empleo a más de 600 personas, estaba a punto de anunciar su cierre, pero gracias a la pronta intervención del alcalde, Franco Coronado, de Paul Renato Martínez Reyna y del secretario del Trabajo, Néstor Garza, la compañía ha decidido permanecer en territorio potosino. El Gato Filósofo les da un 10 a los tres funcionarios por su buen desempeño ¡Miau!
Tercera: Y, como es viernes y el gato lo sabe, nos vemos en el Festival del Vino. Si los veo, ni me acuerdo.