Ayer por la noche me puse a ver el episodio de Código Knock Out con mi querida María Luisa Paulín y mi estimado Álvaro Cándia. Abordaron el tema de la detención de los 10 hombres que fueron detenidos en Santa María del Río por su presunta usurpación de funciones como policías municipales. Vaya situación tan complicada, sobre todo, porque es claro que hay un asunto de fondo y porque ni los ayuntamientos ni los agentes tienen culpa de lo sucedido.
Les doy contexto; la Guardia Civil Estatal, comandada por José Luis Urban Ocampo, encabezó un pase de revista en Santa María. Al hacerlo, detectaron que 10 personas no cumplían con los lineamientos para desempeñar funciones policiales y, aunque no se aclara cuáles, optaron por detenerlos acusándolos de haber usurpado funciones. Ello, a pesar de que están dados de alta en las filas de la corporación y cuentan con un nombramiento del Ayuntamiento. Es cierto, quizá no están capacitados, pero hay un nombramiento y un trámite administrativo que los respalda.
Usurpación de funciones no hay, eso es claro, pero es el punto del que se ha colgado Urban Ocampo para actuar en contra de las corporaciones municipales, principalmente de aquellas donde hay algún elemento que le cae mal o donde ve un punto débil para atacar y simular que está trabajando.
Hace casi un mes, el 15 de septiembre, comenzó a circular la versión de que Urban ya se iba de la Dirección General de la Guardia Civil Estatal, hecho que se consumaría pasando el Segundo Informe de Gobierno. Pasó el Informe y el propio Ricardo Gallardo reconoció que se venían cambios en áreas de seguridad pública. Hasta ahora todo ha quedado en el discurso, sin embargo, son muchas las versiones que coinciden en señalar que ya está por irse y que, en un intento desesperado por mostrar que es útil para el gobierno, ha buscado la manera de andar aquí y allá simulando que trabaja.
Urban le sabe al tema, pero también tiene antecedentes muy cuestionables, tiene un lado muy perverso que pocos conocen a detalle y del que todavía una cantidad menor se atreve a hablar.
Cavilaciones:
Primera: En el Congreso del Estado, todo va viento en popa para la elección del titular del Instituto de Fiscalización, pero, como siempre hay prietitos en el arroz, anda un legislador que se anda pasando de verrrde.
Segunda: En Villa de Zaragoza, los ciudadanos no ven la hora en que termine la gestión el presidente municipal conocido como “El Piloto”. Soporten, ya se le va a llegar la fiestecita a esa capillita .
Tercera: En la Secretaria de Educación soplan vientos de cambio.