Anoche y para no perder el estilo que han venido manejando en las últimas semanas, la Cámara de Diputados aprobó en lo general la desaparición de siete organismos autónomos, entre ellos, el Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI) y el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT). El resto, lo que viene después, será protocolo porque todo parece indicar que la decisión ya está tomada y que, posteriormente, se procederá con los organismos similares en los estados.
En San Luis Potosí hay un organismo que debería desaparecer con urgencia, pero antes de eso, se debería castigar a quien hasta hace unas semanas se desempeñaba como presidente. Me refiero a la Comisión Estatal de Garantía de Acceso a la Información Pública (CEGAIP) y a David Enrique Menchaca Zúñiga.
Una reciente investigación puso en evidencia lo que ya todos sabíamos, pero que dejábamos de lado, como si no tuviera mayor repercusión (en el fondo, nosotros también tenemos culpa por no hacer nada). Resulta que Menchaca Zúñiga se dedicó a darse vida de rico a costa del presupuesto de la CEGAIP; se pagó viajes a cuanto destino turístico se le ocurrió, cenas románticas y no tan románticas en lujosos restaurantes… hasta productos personales cargaba a la cuenta de la Comisión.
Menchaca ya se fue, pero dejó tras de sí un cochinero y una pésima reputación para el organismo porque, además de los malos manejos, también se convirtió en el principal obstáculo, un lastre descarado que impedía el acceso a la información pública. Hay muchas denuncias, como la de mi amigo, el General Jesús Piña, que dan testimonio de la manera en que «se las gastaba» el presidentito este. Lejos de facilitar las cosas, las complicaba y agredía a quien presentaba solicitudes.
La verdad es que, a estas alturas, que desapareciera la CEGAIP hasta sería algo bueno porque nomás sirve para tres cosas; para nada, para nada y para nada. Sus comisionados son adornos caros que no les basta con llevarse jugosos sueldos… quieren mamar y dar topes, dirían en mi rancho.
Cavilaciones:
Primera: En la zona de los mercados, en la capital potosina, locatarios se quejan de asaltos recurrentes en las últimas semanas. Piden ayuda a las autoridades porque los hechos delictivos están a la orden del día.
Segunda. En Villa de Reyes, traen un desorden muy bien organizado. A los deficientes servicios se suma la creciente inseguridad. El nuevo alcalde, Ismael Hernández, no ha logrado encontrarle la cuadratura al círculo en los primeros cuarenta días
Tercera: El viernes es el último día para que los Ayuntamientos presenten sus proyectos de Ley de Ingresos y Presupuesto de Egresos. Mientas eso ocurre, la
mayoría esperan con ansias la partida de cierre de año para darle una buena pellizcada ¡Miau!