Tenemos un sistema de salud mejor que el de Dinamarca; presumió El Peje en su último informe de gobierno, asegundando que se habían atendido las carencias, complicaciones y desabastos de medicamentos que, durante años, impidieron el acceso a la salud para miles de mexicanos. El informe estuvo lleno de mentiras y verdades a medias, pero, sin duda alguna, decir que el sistema de salud mexicano es mejor que el danés es una de las más grandes que pudo haber dicho el ya casi expresidente, pues la realidad es una completamente diferente, lastimera, ofensiva.
Como seguramente pasará en muchos estados de la República, en San Luis Potosí, la federalización del sistema de salud resultó ser un fiasco, un fracaso total como el famoso INSABI que nomás no pudo dar una. En condiciones similares, la federalización ha complicado todos los procesos y empeorado un servicio que ya era deficiente, que agonizaba.
El Hospital Central «Dr. Ignacio Morones Prieto» es muestra clara de lo que sucede y de cómo una mala administración es capaz de hundirlo y de llevarlo a su peor versión, pues ya desde hace varios meses se había advertido sobre una crisis inminente derivada de incontables adeudos con el personal de enfermería, especialistas, administrativos y demás. A ello, se sumaba el desabasto de medicamentos, la falta de insumos y el personal tan limitado con que se cuenta para atender una demanda tan alta.
El Peje prometió una y otra vez que solucionaría el problema, que la federalización solucionaría las carencias y remediaría de fondo las complicaciones que se venían arrastrando. Tremenda mentira. Con la federalización, impidió que el Estado pudiera intervenir y asumió la responsabilidad total del servicio que se proporciona, pero no pudo con él, lo llevó al colapso.
Ahora, San Luis Potosí sufre una crisis tremenda en uno de los hospitales más importantes que tiene. Dicen que el problema se debe al cambio de gobierno, así que evite enfermarse, accidentarse o requerir atención médica hasta que Claudia Sheinbaum se siente en la silla presidencial ¡Qué alivio, ya nada más faltan dos semanas!
El Gobierno del Estado ha buscado la manera de coadyuvar en el tema, pero es claro que es insuficiente, por más esfuerzos que se hagan, la carencia es mucha y mientras la Federación no cumpla con lo que le toca, no se puede garantizar una mejoría.
Cavilaciones:
Primera: Cuentan que la pataleta del PAN para conseguir que Marcelino Rivera asuma la diputación plurinominal, en realidad tiene otro objetivo: Rubén Guajardo y la dirigente del PAN, Vero Rodríguez, quieren «calar» al presidente de la Junta de Coordinación Política, Héctor Serrano ¡No, pos miau!
Segunda: Para el informe del presidente municipal de la capital, Enrique Galindo, el viernes próximo en la Plaza de Armas, se espera la presencia del líder nacional del PRI, Alejandro «Alito» Moreno, que pasó de ser el malo de la política al héroe de la oposición tras la Reforma Judicial donde el Judas salió del PAN, no del PRI, como muchos esperaban ¡Ah! Mis ojos en los tejados afirman que también viene Marko Cortés, dirigente de Acción Nacional.
Tercera: El Caco, Alejandro Leal Tovías, se fue del PRI. Renunció diciéndose dolido por el proceso que le abrió Sara Rocha tras haber votado a favor de la Reforma Judicial que, por cierto, diseñó y aceleró su querido amigo Juan Ramiro Robledo. Por ahí me contaron que el famoso Caco ya tiene un lugar asegurado en las filas del partido guindo y, si le va bien, hasta un trabajito, de esos que son bien pagados y que no le demandan hacer mucho.