Tras casi tres semanas de caos, de acusaciones y de una clara obstrucción a la educación de miles de universitarios, fue liberada este lunes la Facultad del Hábitat de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí de un grupo de estudiantes que, valiéndose de argumentos altamente cuestionables, tomaron las instalaciones e impidieron el cierre apropiado del ciclo escolar.
Los quejosos aseguraban que el motivo de la manifestación era un rechazo legítimo en contra de la directora Rosa María Reyes Moreno, quien había logrado reelegirse en el cargo. Decían que la catedrática no había dado buenos resultados en su gestión y que, como consecuencia de ello, la Facultad estaba en decadencia. En contraparte, muchas versiones sostenían que la reelección era la excusa, el trasfondo era una larga lista de mezquinos intereses de un grupo que busca poder, beneficios y hasta plazas aprovechando que son hijos de altos funcionarios estatales o que tienen algo de historia en la UASLP.
Al final y sin ceder a chantajes, menos a cuestiones fuera del marco legal, el rector, Alejandro Zermeño Guerra, encabezó una negociación en la que, según cuentan aquellos que fueron testigos, se priorizó en todo momento a la comunidad universitaria, se buscó siempre un beneficio colectivo y se rechazó la posibilidad de que grupos de choque consiguieran su objetivo.
Sobre la exigencia de que se destituyera a Reyes Moreno, Zermeño no aceptó, pero dio una sentencia; se dejó en claro que Rosa María estará a prueba, que deberá ponerse las pilas, trabajar para atender todos los temas que le echan en cara los estudiantes y buscar darle el nivel que se merece la Facultad, que se merecen los potosinos.
El bloqueo ya se levantó y, ahora, no queda más que aplicarse para recuperar lo perdido, también se vale celebrar porque la autonomía de la Universidad, una vez más se defendió y se preservó de aquellos que no dejan de lanzar zarpazos.
Cavilaciones:
Primera. En Huehuetlán, hay gran tensión. Se cree que la disputa por el control de la Zona Huasteca, entre los grupos de la delincuencia organizada, CDN y CJNG cobró la vida de Javier García, uno de los dueños del tradicional restaurante “Peces Vivos” ubicado en Huichihuayán. La situación se agrava debido a señalamientos de nexos con el crimen organizado al recién electo alcalde, Ramón Martínez, protegido, según se dice, del Mirrey de la Huasteca ¡Miau!
Segunda: La columna de Héctor de Mauleón, publicada ayer, habla justo del enfrentamiento de grupos delictivos en San Luis Potosí y ubica al municipio de Cárdenas como centro de la disputa. Señala al exalcalde Omar Muñoz, quien, al parecer, se quiso pasar de listo negociando con unos y con otros, lo que le valió perder el apoyo del gobernador, Ricardo Gallardo, para buscar una diputación local. Cierto o no, lo más grave es el abuso que cometió contra menores, realidad que es de todos conocida en Cárdenas, pero que nadie denuncia por temor. Mientras tanto, que se jodan las víctimas.
Tercera: Que el grupo que apoyó a Marcelo Ebrard durante la precampaña a la presidencia de México andan queriendo cobrar facturas, una chambita de delegado es lo menos que se reclama.