Nadie me saca de mi gatuna cabeza que la elección del próximo domingo 1 de junio será una mera simulación. Nadie. Y es que no puedo pasar por alto todas las señales que se han ido revelando y que, en conjunto, dejan entrever un perverso plan emprendido por una élite poderosa que terminará adueñándose del Poder Judicial y, para ello, está usando los aparatos e instituciones de la vida pública para legitimar y argumentar que es democracia lo que, a todas luces, es una imposición.
Yo todavía no me reponía de las fiestas del Año Nuevo cuando el Consejo Estatal Electoral y de Participación Ciudadana (CEEPAC) ya estaba dando el banderazo de arranque al proceso. Con dudas y mucha incertidumbre, Paloma Blanco emprendió un camino complicado, pero con la determinación de entregarle buenas cuentas a los potosinos. De la autoridad no voy a hablar mal, ellos están haciendo lo que pueden y como pueden. Mis elucubraciones van hacia otro lado.
Recuerdo bien que, en ese arranque, se advirtió que los partidos políticos no estarían involucrados, pero ahí estaba metida Rita Ozalia Rodríguez Velázquez, la presidenta estatal de Morena, reiterando que su partido tiene mucho interés en el proceso (lo sabemos bien, pero que le despiste). Luego, el gobernador Ricardo Gallardo, también publicó una foto con la lideresa de los morenos diciendo que estaban trabajando juntos para el buen desarrollo de la elección judicial ¿Qué pitos toca Morena en la elección judicial? Me pregunto y me respondo yo mismo.
Este miércoles, el Congreso del Estado aprobó la convocatoria para que el Ejecutivo, el Legislativo y el Judicial conformen los comités evaluadores que tendrán la responsabilidad de palomear a los perfiles que, posteriormente, serán presentados como candidatos, porque hay que aclararlo, no es cualquier hijo de vecina el que podrá aparecer en la boleta como se había dicho, antes deben pasar por el riguroso escrutinio institucional. El proceso estará manoseado por todos lados.
El Gobierno del Estado tendrá sus candidatos, el Congreso también tendrá los suyos y el Supremo Tribunal de Justicia no se quedará atrás, pero hay algo que pocos están considerando y que, incluso, termina superando a Rita Ozalia «La ajonjolí de todos los moles» Rodríguez. Debemos tener muy claro que el Legislativo está controlado por una fuerza política del color de los árboles en primavera y, curiosamente, el Poder Judicial también parece apegado a la misma línea. Ergo, amigos míos, los candidatos que nos presenten (todos, toditos, toditititos) vendrán palomeados por la misma persona. No lo duden ni poquito.
Adivinen quién es y sabrán quién será el verdadero ganador de la elección.
Cavilaciones:
Primera: El 2025 inicia con un tórrido romance y llama más la atención porque la parejita está conformada por un magnate de los medios de comunicación y una aguerrida abogada. El tema podría pasar desapercibido, si no es porque ambos son harto influyentes en la política ¡Grrrrrr!
Segunda: Algo hizo la dirigente estatal del PAN y senadora de la República, Vero Rodríguez, que causó urticaria en el circulo íntimo del alcalde capitalino, Enrique Galindo Ceballos. Este felino está intrigado. Anduvo repartiendo PAN… de Reyes, dicen.
Tercera: Hoy, regresan a clases los estudiantes de educación básica. Se acabó el maratón Lupe-Reyes. En algunas escuelas están sugiriendo que los alumnos lleven cubrebocas. Hay que cuidarnos ¡Miau!