Hay mucha polémica en la Universidad Politécnica y por más que se busca dar solución al desmadre, las cosas parecen empeorar cada día, pero bien dicen, nada es lo que parece y eso es justamente lo que ocurre en este templo del conocimiento, donde los intereses y las malas intenciones han creado un cochinero atroz que, sin duda, a quien terminará perjudicando es a la comunidad escolar.
En los últimos meses del año pasado, luego de dos fallidos rectores de la presente administración estatal, se nombró a Néstor Eduardo Garza Álvarez para que asumiera el reto de conducir a la institución. Néstor parecía ser el perfil perfecto por la relación que mantenía con el sector empresarial, áreas indispensables y de alta relevancia para las estrategias de vinculación entre lo académico y lo laboral; rubro que, durante muchos años, fue distintivo de la Universidad.
Coincidentemente, con la llegada de Néstor también se tuvieron que implementar algunos ajustes ordenados desde la Federación; actualizaciones académicas, ajustes salariales y el fin de muchos, muchísimos privilegios que, durante años, gozaron profesores, administrativos y acarreados que lograron sangrar a la institución. Eso se acabó y, como era de esperarse, no les gustó, por eso empezaron a golpear, a decir verdades a medias, a tergiversar los hechos y sacarle provecho.
Yo no tengo el gusto o el susto de conocer a Néstor, pero como secretario del Trabajo dio buenos resultados, esperaría que su experiencia en el rubro le permitiera concretar la vinculación que se requiere en la Universidad Politécnica con el mundo empresarial. Como no lo conozco, no pienso defenderlo, pero tampoco lincharlo. Nomás digo que se le debería dar un voto de confianza.
Creo que, en realidad, que la grilla viene de dos puntos; uno, sí, los que vieron sus intereses afectados, dos, los que deberían ser compañeros de equipo, pero celosos, no quieren que brille.
Cavilaciones:
Primera: La senadora panista, Verónica Rodríguez, presumió ayer su asistencia al informe de la Sala Regional Monterrey del Tribunal Electoral. Se hizo acompañar por el diputado local Rubén Guajardo Barrera. Batallaron, pero los traidores, al fin se encontraron. Andan operando la impugnación del Tribunal Electoral Local que les hizo morder el polvo y perder la cochina reelección del Comité Directivo Estatal. ¡No, si la ubre es sabrosa!
Segunda: Candidatos a magistrados y jueces hacen tremendas colas para entrevistarse con la dirigente estatal de Morena, Rita Ozalia Rodríguez. El prometer no empobrece, dar es lo que aniquila ¡Miau!
Tercera: Va siendo tiempo de que alguien revise al Patronato del Cuerpo de Bomberos. Es importante que no sean decorativos, nuestros bomberos necesitan tener certidumbre laboral y trato digno. Eso de designarlos por glamur ya no es suficiente. Aprendamos la lección que nos dio el incendio del pasado martes 18 de febrero en Soledad.
