Lo que debería ser el preludio de la unidad, la fuerza y el buen ánimo para el proceso electoral se convirtió en un vaticinio de conflictos, divisiones y diferencias que parecen irreconciliables, porque, aunque públicamente digan una cosa, la realidad es muy diferente y les está pesando bastante.
Ya estaba muy entrada la noche del miércoles 17 de enero; en el Consejo Estatal Electoral y de Participación Ciudadana (CEEPAC) se había dispuesto una mesa para facilitar el registro de las coaliciones, si es que se concretaban, porque había muchos rumores que hacían dudar hasta al militante más convencido.
Poco antes de las 22:00 horas, arribaron los representantes del Partido Verde, de Morena y del Partido del Trabajo para registrar la coalición local de Sigamos Haciendo Historia. 41 ayuntamientos y 14 de las 15 diputaciones pelearían juntos. Unos 40 minutos más tarde llegaron los panistas, priístas y perredistas para hacer lo propio. 29 ayuntamientos y todas las diputaciones formaron parte del acuerdo.
El registro de las coaliciones no es lo que más llamó la atención, sino las expresiones axiomáticas de desencanto, molestia, irritación, coraje, frustración y muchas otras emociones que quedaron regadas tras el jaloneo de las negociaciones. Sí, no hubo felicidad, ni siquiera los que se vieron más beneficiados se mostraron contentos.
Circularon varias fotografías del hecho y, como dicen, una imagen dice más que mil palabras. Bastó ver los rostros de las mujeres que dirigen a los partidos políticos más importantes de San Luis para verificar que los enfrentamientos que forzaron las coaliciones hicieron estragos en ellas.
Rita Ozalia Rodríguez, la líder de Morena, perdió la sonrisa que la caracteriza la sentirse protegida por su hermana Rosa Icela, la secretaria de Seguridad del Gobierno Federal. La dirigente y aspirante al Senado sabe que la base morenista no respalda la alianza con el Verde y ella demostró que coincide con esa visión.
Verónica Rodríguez, en la víspera, abandonó la mesa de negociaciones que se celebraba en la Ciudad de México tras un manotazo de Rubén Moreira, así que no le quedó más que regresar a San Luis Potosí con la vergüenza y la derrota encima al no haber podido defender la principal encomienda que llevaba; defender el siglado para la capital potosina a favor del PAN.
Sara Rocha, por su parte, la más versada en la política, sabe que se pasó de lanza y, aunque no lo crean, le dio remordimiento, por eso no estaba cómoda y revisaba su teléfono una y otra vez para no tener que ver a nadie a los ojos, como si tuviera miedo de un reclamo.
El resto de los actores, ni mencionarlos vale. Uno regresará a rendir cuentas sabiendo que ha cumplido con lo que le pidieron, el otro mantiene la esperanza de que su partido (ahora convertido en un parásito) obtenga los votos suficientes para seguir a flote.
Así transcurre el proceso. Se armaron las coaliciones; para algunos son triunfos, para otros son derrotas.
Cavilaciones:
Primera: Y mientras hubo acuerdo forzado para la elección de Ayuntamientos y diputados locales, la lucha por elegir a los candidatos al Senado sigue a todo lo que da: Gabino Morales pelea su derecho de sangre a la postulación y el Verde quiere hacer valer los poco más de 400 mil votos que le permitieron llegar la gubernatura en 2021.
Segunda: Dicen que fueron 35 mil del águila los que cobró el PRI a quienes se inscribieron como aspirantes a las presidencias municipales. Sí deja el negocio de las candidaturas
Tercera: El Gato Filósofo expresa su más sentido pésame a la familia de Gastón Santos Pue, un hombre leyenda del cine, la ganadería y de la vida de San Luis Potosí.