Lo que el gobernador del Estado, Ricardo Gallardo Cardona, califica como «el fraude del siglo» no es cosa nueva; hace muchos años que se había venido advirtiendo sobre el saqueo y la mala praxis que existe en la Dirección de Pensiones del Estado y el colapso que se ve cercano porque nadie se había atrevido a entrarle de lleno al problema. Muchos hablaban del adeudo que tiene y de la pésima solvencia que ha demostrado en los últimos años, pero ninguno había querido abundar en esta cloaca de ratas que, por dar un ejemplo, tuvo a cientos de maestros pensionados bloqueando calles, manifestándose, exigiendo sus prestaciones, en los últimos días del 2023.
Que este lunes 29 de enero se diera a conocer la detención de siete exfuncionarios y se revelara el modus operandi de esta red de corrupción, parece ser el comienzo del fin para esta historia. Todos sabían que Pensiones era una caja chica, desde las últimas décadas del siglo pasado ya se advertía de los robos a manos llenas que se cometían, del excesivo provecho que le estaban sacando unos cuantos, mientras que los pensionados sufrían porque no se les pagaba en tiempo y forma.
Con precisión, la Fiscalía General del Estado dio a conocer los nombres de los involucrados, las empresas que se usaran, cómo las manejaron, el impacto que lograron y las estimaciones del daño que representa para los pensionados, ahora, la institución tiene sobre sí la enorme responsabilidad de integrar una carpeta adecuada, en la que se, una vez más, se explique con detalle lo sucedido y que, de esta manera, el Poder Judicial pueda proceder sin margen de irse por la tangente.
Es cierto, todavía quedan muchas dudas y tampoco se sabe qué pasara con perfiles como Oziel Yudiche, quien estuvo durante 12 años al frente de la institución, qué pasará con los exgobernadores Fernando Toranzo y Juan Manuel Carreras, porque en todos los procesos que ha integrado la Fiscalía, los exgobernadores se muestran intocables.
Esto no se trata de que haya sangre nomás porque sí, sino de que haya justicia y de que se pueda dar un ejemplo contundente para los próximos funcionarios la piensen dos veces antes de incurrir en estas prácticas, para que no haya más cloacas y más ratas que no hacen otra cosa más que pudrir un sistema gubernamental ya de por sí desgastado.
Cavilaciones:
Primera: Este lunes, hubo una reunión entre Enrique Galindo y Rubén Guajardo, los dos aspirantes a la presidencia municipal de la capital. En la mesa estuvo ausente David Azuara, el tercer aspirante de la oposición. Los criticones dijeron al Gato Filósofo que el alcalde aspirante a reelegirse estaba entre Dimas y Gestas ¡Ups!
Segunda: Hay fuertes versiones que aseguran que la coalición Verde-Morena-PT tiene reservada una sorpresa para la capital ¿Apoco sí?
Tercera: En la UASLP, la efervescencia política (no precisamente de partidos) comienza a invadir escuelas y facultades. Tanto que ya andan los metiches de siempre metiendo sus narizotas.