El presidente de la esperanza y el peligro para México, Andrés Manuel López Obrador, termina hoy su administración. Constantemente, dijo que se iría a su rancho a meditar, a escribir de historia, a atender sus pendientes, pero cambió de opinión el viernes ¡Se queda!
Andrés Manuel lo pensó mejor y ha decidido que se queda en la capital del país mientras se adapta a no ser presidente y a observar de cerca el arranque del gobierno de su pupila, Claudia Sheinbaum, a la que ha dado un trato excluyente, discriminatorio y humillante durante el periodo de transición.
Sheinbaum asume el poder profundamente sola, cercada por AMLO, con Andy López Beltrán como el hombre más poderoso de Morena, en quien tendrá un posible sucesor, no en el 2030, sino en el 2027 cuando su mandado se someta a la revisión del «pueblo».
Su maestro, López Obrador, le deja un país endeudado, incendiado por el dominio del crimen organizado en amplias zonas, pues no se puede negar que la nación está inmersa en una etapa de violencia extrema en búsqueda de tomar el mando por parte de la muy diversificada industria de la delincuencia organizada tras la detención del legendario líder del cartel de Sinaloa, Ismael Zambada.
Políticamente, Claudia está más sola que una flor en el desierto. Está rodeada de falsos incondicionales y perversos enemigos ocultos, pero ella sabe quiénes son y existe la esperanza de tomar el control de su gobierno, aunque eso le lleve un año y medio, quizá dos.
Enfrentarse a AMLO no será fácil, pero será menos difícil que aguantarlo seis años mandando desde las sombras, intentando terminar lo que considera su labor de transformación en busca de un lugar en la historia que, ciertamente, ya se ganó y que no será, tal cual, el que pensó.
AMLO deja una herencia maldita, no a Claudia, sino a los mexicanos; un sistema de salud colapsado, educación con grandes atrasos y pobreza, sí, la pobreza que quiso revertir con dinero en efectivo y no con proyectos que generaran riqueza. Un pueblo pobre, atenido a una dádiva, con poco acceso a la educación, es un pueblo fácilmente manipulable.
AMLO se va, pero se queda a cuidar que su séptimo año no sea de karma, del pago por sus errores, del cobro de facturas de los enemigos que tejió cuidadosamente durante su mandado, de su mujer cansada de la desatención con gustos de señora fifí que su esposo no comparte.
Algunos podrían decir que terminó la pesadilla de AMLO para México, pero este felino estima, que apenas comienza.
Cavilaciones:
Primera: Dicen que, esta semana, se anunciará la incorporación de una alcaldesa electa, oriunda de la Huasteca y emanada del PRI, a las filas del Verde Ecologista. Sara Rocha pegará el grito en el cielo ¡Miau!
Segunda: Que ahora sí detuvieron a los asesinos de Dariana, la joven conductora de InDrive que fue asaltada y baleada en La Pila. La semana pasada corrieron rumores en los que se aseguraba que ya los tenían tras las rejas, pero la fiscal general, Manuela García Cázares, lo negó. Justicia es lo que piden los potosinos.
Tercera: Todo muy padre en la organización del XLI Medio Maratón de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí, excepto en la meta, donde se generaron congestionamientos de hasta 50 minutos; los corredores no podían cruzar la línea de llegada por la mala logística de la empresa responsable de la logística. Dicen que fue por el enorme número de participantes, pero… se extrañó la logística de Tu Tiempo a Tiempo de José Luis García.