Como presidente de México, Andrés Manuel López Obrador tuvo el autoritarismo de Gustavo Díaz Ordaz, el nacionalismo de cartón piedra de Luis Echeverría Álvarez, la demagogia corrupta de José López Portillo, la mediocridad administrativa de Miguel de la Madrid, la perversidad de Carlos Salinas de Gortari, la vocación criminal de Ernesto Zedillo, la ignorancia enciclopédica de Vicente Fox, el militarismo y la mecha corta de Felipe Calderón, y la frívola superficialidad de Enrique Peña Nieto; Esta definición la hizo el viejo líder del EZLN, el subcomandante Marcos, hace algunas semanas y parece que el mandatario morenista se aferra a darle la razón.
Andrés Manuel tardó casi 20 años para acceder a la Presidencia de México y lo logró más por el hartazgo social con el PRI y el PAN, que por sus propuestas de gobierno. No obstante, tenía un plan y se dedicó los seis años de gobierno a cultivarlo para poder gobernar el país, al menos, dos sexenios más o lo que es lo mismo, tenía un plan transexenal que, poco a poco, ha ido consolidando.
El amo de la propaganda política diseñó una estrategia que, por supuesto, costó miles de millones de pesos en manejo y construcción de medios de comunicación a modo, lo mismo que redes sociales, eso sin dejar de lado que usó como garrote político tanto a la Fiscalía General de la República como a la Unidad de Inteligencia Financiera.
AMLO emitió su último informe ayer en el Zócalo, pero su doctrina es superada por la realidad; tenemos un sistema de salud colapsado, un sistema educativo en franco retroceso y una economía sostenida con alfileres, porque el fondeo de los programas sociales se hizo con deuda.
El país ha vivido el dominio de los grupos del crimen organizado que se dieron el lujo de humillar y exhibir al Ejército sometido y vapuleado como nunca antes en la historia.
Puede que AMLO haya ganado en sus redes sociales, con sus mañaneras, con su discurso sardónico, con sus calumnias e injurias para sus adversarios, pero no le ganó a la realidad. Su gobierno ha estado manchado por la corrupción, grandes empresarios (no los ricotes, porque esos se hicieron más ricotes) aseguran que la corrupción jamás había sido tan profunda como en el obradorato.
El presidente, sin embargo, no se preparó para dejar el poder que comparte con su futura exmujer, Beatriz Gutiérrez, que es la creadora real de su sucesora, Claudia Sheinbaum. Beatriz es quien, con su grupo de señoras, diseña el proyecto de Sheinbaum. En ese grupo, por cierto, se cuentan también a la potosina, Rosa Icela Rodríguez y a Ernestina Godoy.
Lo cierto es que AMLO propone, Dios dispone, vienen las señoras y todo lo descomponen. AMLO se queda a mandar desde el poder que le da el control de la Cámara de Diputados, de la Cámara de Senadores y del Poder Judicial que aún se resiste a sucumbir ante el poder del tabasqueño.
Beatriz Gutiérrez es el punto de equilibrio entre AMLO y Claudia. Si algo falla, la única que tiene que perder es Claudia, porque será depositaria, sí, de una herencia maldita.
¡Miauuu!
Cavilaciones:
Primera. Desde hace, días circula una fotografía en la que aparecen el gobernador, Ricardo Gallardo Cardona, su padre el hoy diputado federal, Ricardo Gallardo Juárez, Gerardo Sánchez Zumaya y un cuarto personaje. Todo indica que Gerardo Sánchez, el opositor más visible al Gallardato, en efecto, era amigo del mandatario y cuentan que hasta un caballo fino le regaló. Reclaman, entre los gallardistas, que el que lo descompuso, que lo arregle ¡Purrrrrrrrr!
Segunda: La que reventó las redes a mediados de la semana pasada, fue la nueva secretaria de Salud, Leticia Gómez Ordaz. La exdiputada federal hizo lo que pocos en los últimos años; unió al gremio médico, pero no para bien, pues estos, unidos, se inconformaron con su designación y, por si fuera poco, sus malquerientes comenzaron a difundir su gusto por hacer videos con poca ropa en TikTok. Eso es lo malo, falta lo peor.
Tercera: El Realito nomás no da una. Tanto que presumieron que ya lo habían arreglado y nomás no. Mientras que los potosinos siguen necesitando agua, el flamante sistema no es capaz de cumplir con la misión para la que fue creado.
