Ignorante de la realidad política de los potosinos y envenenado por su amiga Sara Rocha, la dirigente estatal del PRI en San Luis Potosí, Alejandro “Alito” Moreno Cárdenas decidió impulsar como coordinador de la campaña presidencial de Xóchitl Gálvez, a nada más y nada menos, que al exgobernador, Horacio Sánchez Unzueta.
La intención de Alejandro es vengarse del alcalde, Enrique Galindo, a quien Rocha culpa de las consecuencias de sus torcidos actos políticos que tienen al tricolor en la más fuerte crisis de que se tenga memoria en territorio del Potosí.
Marrullero como es, Moreno Cárdenas está bloqueando las aspiraciones de Enrique Galindo, así que, asesorado por Sarita, ahora también conocida como “La Espuria”, se aventó un doble salto mortal creyendo que con la designación de Sánchez Unzueta neutraliza a Galindo y también al gobernador Ricardo Gallardo, a quien prometió amor a cambio de ciertas prebendas para la dirigente local del tricolor.
Sara difícilmente gana una elección, pero Horacio está aplicado de fondo en la construcción de una estructura que le sea rentable a Xóchitl Gálvez. Horacio no ha dejado de estar fuera de la jugada y mantiene un stock de lealtades, aunque la mayoría de sus fieles han envejecidos y otros, como en todos los equipos, nada más se le pegan cuando trae cargo y dinero.
El exgobernador es un hombre inteligente, disciplinado y todo indica que, además de recurrir a viejos líderes sociales, también está reagrupando a algunos heridos que ha dejado el Gallardato en estos dos años.
Horacio podría aspirar a senador, pero tendría que conformarse con ir en la segunda fórmula porque la primera debe ser mujer y la siglará el PAN, según la repartición que hicieron los dirigentes nacionales. En el entuerto, queda atorado el futuro del presidente municipal de la capital, Enrique Galindo, que sigue en la jugada, pero no termina de definir si quiere ser senador o buscar la reelección.
Horacio sabe más por viejo que por diablo, es el amo de las coyunturas y eso incluye descuidos de MORENA y del Partido Verde que andan muy confiados en que los programas sociales de AMLO les dará triunfos automáticos, pero eso es un espejismo.
Cavilaciones:
Primera: Dicen que tras lograr que el alcalde suspendido de Matehuala, Ivan Estrada, lleve en libertad el proceso penal al que está sujeto, el despacho del diputado, Juan Francisco Aguilar, registró un alza de bonos. Cambio un buen arreglo por un mal pleito.
Segunda: El pacto de civilidad que firmaron ayer los diversos sectores políticos en Palacio de Gobierno le dio oxígeno al secretario general de gobierno, Lupe Torres. Palomita, pues, para el secre, porque, es cierto, se lució el gober, pero el trabajo de fondo lo hizo Torres Sánchez.
Tercera: Muchos morenos estuvieron a nada de arrancarse la cabellera cuando se enteraron que el Verde y el PT se quedarían con las candidaturas al Senado en San Luis Potosí como parte de la Coalición Sigamos Haciendo Historia, de la que Morena es parte. Para calmar el caos, la secretaria general del Movimiento de Regeneración Nacional, Citlalli Hernández, llamó a la prudencia asegurando que nada está dicho y que el convenio de coalición es pura falacia, porque podrán modificarlo cuantas veces se les dé la gana, incluso, para que un morenista pueda postularse al Senado. Ya veremos.