En un conmovedor evento en el santuario Ostok de Culiacán, Sinaloa, los elefantes Bireki y Big Boy celebraron una boda simbólica que marcó un momento especial en sus vidas. Estos majestuosos animales encontraron su hogar en el santuario después de pasar la mayor parte de su vida bajo las carpas de circos.
Ernesto Zazueta Zazueta, presidente del santuario, expresó su emoción por unir a estos dos elefantes, un esfuerzo que llevó dos años desde que Big Boy llegó al lugar. Conseguir una compañera para él no fue tarea fácil, pero gracias al apoyo de la familia Kuroda, finalmente se logró la boda entre estos hermosos animales.
La historia de Bireki también es conmovedora, nacida en el circo y viviendo toda su vida bajo el espectáculo, luego fue trasladada a un zoológico antes de encontrar su hogar en el santuario Ostok.
El momento de la unión fue mágico, con Big Boy apareciendo ante los invitados y luego llegando Bireki, quien mostró su felicidad con un alegre «trompeteo». La ceremonia se selló con anillos de galleta especialmente diseñados para ellos, que devoraron en segundos. Más allá de ser una ceremonia simbólica y un evento llamativo, esta unión es de gran significado para el equipo del santuario, ya que representa la etapa final del bienestar para estos queridos elefantes.
La dedicación y apoyo de la familia Kuroda han sido fundamentales para lograr esta unión y brindarles a Bireki y Big Boy la compañía que tanto necesitan. Con esta emotiva boda, ambos elefantes han unido sus vidas para siempre en el santuario, donde podrán vivir en paz y felicidad.
