En lo que es la Cañada del Lobo hay muchas cosas que pasan y nadie sabe ni como. Para empezar, dicen que se llama así porque hace muchos años, cuando ni siquiera estaba la presa, había muchos lobos que bajaban a matar ganado y también atacaban a la gente. Después construyeron la presa y la gente comenzó a ir de paseo pero una vez desaparecieron varias familias. Todavía en ese tiempo había lobos y la gente creía que los lobos se habían comido a las familias completas, pero eso no fue posible porque rastrearon y nunca encontraron huellas del lobo. Lo que si es posible es que esas familias se hayan caído en algún pantano porque ahí había pantanos, osea, por muchos días buscaron y buscaron y miraban las huellas de las familias, señores y niños, Pero no encontraron nada. De repente se perdían. Entonces las autoridades llegaron a la conclusión de que se habían perdido, o mejor dicho, caído en los pantanos y ahí sí ni como buscar adentro – cuenta Jesús Miranda.
También en la presa ha habido muchos ahogados. Que yo sepa no es muy honda ni tiene raíces o cosas así, pero mucha gente ha muerto y no por andar borracha o por haber acabado de comer nomás se meten a nadar y ya no salen con vida. Dicen que eso es por culpa de la magia y la brujería. Es que dicen que en la Cañada del Lobo hay mucha magia y brujería, pero esos son decires y la verdad yo no se mucho. Lo que sí me han platicado es que hay gente que va en las noches y se mete entre las cañadas, muy retirado de la presa, y en unos lugares especiales se hacían rituales de magia negra. Son grupos de gente o cofradías que hacen rituales macabros y sacrificios.
Esas son las leyendas que me sé de la Cañada del Lobo. Y si es un lugar muy misterioso. Muy sólo entre semana y muy tenebroso de noche. Pero lo que más se contaba antes de La Cañada del Lobo es que hace muchos años vivió allá una bruja, una mujer que vivía sola en una choza y no dejaba que nadie se acercara. Era bruja y la gente lo sabía porque ella bajaba a lo que es San Juan de Dios y en un mercadito atendía a la gente, les hacía limpias y arreglos de magia. Curaba o ponía hechizos buenos o malos, lo que le pidiera su clientela. Pero luego se supo que además de curandera, también robaba las diligencias, hacía hechizos y la gente en las diligencias no se daba ni cuenta de lo que pasaba. Para cuando acordaban ya les había robado. Decían que esa mujer era ladrona y que en un lugar de la cañada escondía lo que robaba y así juntó un tesoro enorme, muy, muy grande, que nadie ha podido sacar, aunque sí lo han visto.
Según los asegunes, ese tesoro lo escondió la bruja en una cueva y hecho un hechizo para que nomás se abra la cueva en Viernes Santo. El que quiera meterse, o los que se han metido, tienen que estar en la entrada de la cueva – que no se ve -. Al amanecer del Viernes Santo y con el primer rayo del sol se ilumina el cerro y se abre la cueva. Luego tienen pocos minutos para entrar y sacar el tesoro pero no pueden agarrar nomás tantito, sino que tienen que sacar todo porque la voz de la bruja dice desde el más allá: “Todo o nada”. Nadie ha podido salir con todo y muchos se han perdido dentro de la cueva porque cuando se cierra, si no han salido ya nunca van a salir. Los que han contado esto es porque alcanzaron a salir sin nada del tesoro o porque no se metieron, osea que se quedaron afuera esperando que otros amigos salieran con el tesoro y nomás vieron como se cerró la cueva y los amigos no salieron.
Tomada del muro de Imágenes históricas de San Luis Potosí, México
