En el laborío de la vida diaria, donde las responsabilidades y compromisos se acumulan, es fácil caer en el desorden tanto en la vida como en el hogar. En este sentido, el caos a nuestro alrededor puede dejar huellas profundas en la mente, afectando la calidad de nuestra vida y bienestar emocional.
¿Cuáles son las consecuencias del desorden en el hogar?
El sitio web de National Geographic compartió los resultados de un estudio del Journal of Environmental Psychology sobre los efectos negativos del caos en tu entorno.
El estudio muestra que «el desorden puede reducir los sentimientos de bienestar, felicidad y seguridad que una persona obtiene al estar en sus espacios personales», dice Catherine Roster, coautora del estudio y profesor de la Anderson School of Management de la Universidad de Nuevo México, Albuquerque.
Parte del origen de esto es que muchos de nosotros reconocemos que «nuestros hogares pueden estar desordenados y abarrotados porque nos sentimos abrumados y desorganizados mentalmente», dice Natalie Christine Dattilo, psicóloga clínica con sede en Boston e instructora en la Facultad de Medicina de Harvard.
La desorganización también puede disminuir la capacidad de uno para concentrarse y tomar decisiones. Otra investigación de la que Roster también fue coautora muestra que trabajar en un entorno desorganizado puede provocar rápidamente sentimientos de agotamiento.
«El desorden y la desorganización provocan una pérdida de productividad difícil de cuantificar», afirma el estudio. El mismo señala la cantidad de tiempo que las personas pierden buscando objetos perdidos, faltando a citas o atrasándose en el trabajo o la escuela debido a una vida desordenada.
Pero como siempre decimos en este portal: ¡Todo tiene solución! A continuación, algunos consejos para organizar un poco más nuestros espacios y mente.
Despeja espacios: comienza por deshacerte de elementos innecesarios y organiza tus pertenencias. Un espacio despejado visualmente contribuye a una mente más clara.
Utiliza listas de tareas: mantén un registro de tus responsabilidades diarias. Tener metas claras y tareas definidas reduce la sensación de estar abrumado y te ayuda a mantenerte enfocado.
Establece rutinas: incorporar rutinas diarias proporciona estructura y ayuda a reducir el caos. Programa momentos específicos para actividades clave, desde la limpieza hasta el trabajo y el tiempo de ocio.
Crea zonas de orden: designa áreas específicas para diferentes actividades. Esto ayuda a segmentar tu espacio vital y facilita el mantenimiento del orden.
Incorpora descansos: programa momentos de descanso durante el día para relajarte y recargar energías. Un equilibrio adecuado entre trabajo y descanso contribuye a una mente más equilibrada.
Descubre lo satisfactorio y motivante que es tener un lugar ordenado y comienza a implementarlo en tu vida.
Estefanía López Paulin
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