No, no es broma. El SAT lanza su publicación a la que ha denominado “el Decálogo” parafraseando aquellos Diez Mandamientos que, de no cumplirse, desatan la ira del poderoso que los redactó.
Declarar correctamente lo propio, cumplir con las disposiciones fiscales y mantener contacto con la autoridad, suena adecuado y hasta elemental, pero, convertirme en delator, ser instrumento para fiscalizar a terceros o inclusive tener que verificar la existencia del domicilio de mis proveedores, no me parece que deba ser elevado al rango de “mandamiento” para ser considerado un Buen Mexicano en materia Fiscal.
Juzgue usted por si mismo:
DECALOGO DEL BUEN CONTRIBUYENTE
Cuando uno ve que en la página del SAT le llaman “El Decálogo” a ésta publicación, luego revisa la propuesta de reforma fiscal 2020 y sobretodo, la penal que incidirá en la materia fiscal (en la que habría prisión preventiva oficiosa a quien delinca en materia fiscal con facturas apócrifas) o, para completar el panorama, se entera de que la extinción de dominio puede ser una realidad derivada de motivos fiscales, uno no puede evitar concluir que el SAT parece que está compitiendo: Si un contribuyente no cumple con los mandamientos, se irá al infierno con SATanás.
Ya solo nos falta tener la certeza del buen uso que se le dará a las contribuciones que pagamos y ejercer nuestro Derecho a la transparencia para constatarlo … ¿o eso no forma parte de la transformación del País?
