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El amor propio como base de relaciones saludables

Por Estefanía López

En el vertiginoso mundo actual, en el que las relaciones interpersonales son fundamentales para nuestro bienestar emocional, a menudo olvidamos un aspecto esencial para establecer conexiones genuinas y duraderas: el amor propio.  

El amor propio es mucho más que un simple acto de aceptación. Se trata de la capacidad de cuidarse a uno mismo, de reconocer y valorar nuestras emociones, límites y necesidades. En lugar de buscar constantemente la validación externa, el amor propio nos invita a ser nuestra mejor versión, tanto para nosotros mismos como para los demás.  

En la mayoría de los casos las personas con una fuerte autoestima son más propensas a mantener relaciones basadas en el respeto mutuo, la confianza y la comunicación. Esto se debe a que, cuando nos queremos y respetamos a nosotros mismos, no dependemos emocionalmente de los demás para sentirnos completos.  

En cambio, buscamos vínculos que complementen nuestra vida, no que la definan. Este equilibrio emocional nos permite estar presentes en nuestras relaciones sin caer en patrones tóxicos o codependientes. Una de las principales dificultades que enfrentan quienes carecen de amor propio es la tendencia a tolerar comportamientos y actitudes que no son saludables. 

La falta de autoconocimiento puede llevarnos a aceptar relaciones desequilibradas, en las que no se respetan nuestros límites, deseos o aspiraciones. Además, esta carencia de amor propio puede generar inseguridad, lo que se traduce en celos, desconfianza o miedo al abandono. 

El amor propio también juega un papel crucial en la forma en que gestionamos los conflictos. Las personas que se valoran a sí mismas suelen ser más asertivas y capaces de expresar sus necesidades de manera clara y respetuosa. Esto facilita la resolución de desacuerdos de manera constructiva, sin caer en la agresividad o el silencio pasivo. 

Además, el amor propio no es algo que se logra de la noche a la mañana. Es un proceso constante que requiere autoexploración, reflexión y paciencia. Implica aprender a cuidar nuestra salud mental y emocional, establecer límites saludables y rodearnos de personas que nos apoyen en nuestro crecimiento. 

El amor propio no solo es fundamental para nuestra felicidad personal, sino que también es la base de cualquier relación sana. Si deseamos relaciones profundas, significativas y equilibradas, debemos empezar por construir una relación sólida con nosotros mismos.  

Al final, el amor que ofrecemos a los demás solo puede ser tan fuerte como el amor que tenemos por nosotros mismos. 

Estefanía López Paulín
Contacto: psc.estefanialopez@outlook.com
Número: 4881154435 

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