Todos consideramos al amor como algo necesario, y que si no lo tenemos no podemos ser felices y plenos, sin embargo, esto solo ha sido un constructo social que no está del todo atinado.
Las personas conocen el amor por medio de lo que ven y escuchan, se piensa que es algo que, si lo tienes eres afortunado, sin embargo, el problema, muchas veces radica en como las personas desean ser amadas y no en la capacidad de amar.
Considero que todos debemos de aprender algo del amor, y no lo vemos de esa manera, no es lo mismo enamorarse que estar enamorado. El primer paso como seres humanos para entender esto es darnos cuenta de que el amor es un arte, así como vivir también lo es.
El amor requiere de un arte que hay que conocer y practicar, es decir, exige el dominio de una teoría y de una práctica.
Entre los elementos comunes que hay que “saber”, y que forman parte de las diversas formas de amor, destacan: el cuidado (del otro), la responsabilidad, el respeto y el conocimiento, para saber amar hay que tener presentes y aplicar estos cuatro ingredientes básicos. El amor, en este sentido, no es esencialmente una relación con una persona específica, sino una actitud, una orientación del carácter que determina el tipo de relación de una persona con el mundo como totalidad, y no solo con el objeto amoroso.
Contrariamente a lo que en nuestra tradición occidental se suele pensar del amor, que es una especie de reacción emocional espontánea, una emoción que nos posee o incluso a la que es imposible negarse, el amor ha de ser esencialmente un acto de voluntad, la decisión de dedicar completamente la vida a la de otra persona.
Este acto de voluntad y de dedicación al arte de amar, la “práctica” del amor, requiere, como todo arte, tener o ser capaz de desarrollar las siguientes aptitudes: disciplina (para dar dirección a la vida, porque de lo contrario puede resultar caótica); concentración (para poder atender con intensidad a una o a unas pocas actividades, pues el hacer demasiadas nos alejan de uno mismo); paciencia (no percibir como una pérdida de tiempo el no actuar con rapidez pues el “cuidado” requiere lentitud, atención minuciosa).
Es momento de mirar desde otra perspectiva nuestra capacidad para amar, y sobre todo dejar de enfocarnos solamente en el amor romántico o de pareja, es una capacidad que sabiéndola desarrollar nos permitirá ver la vida de una manera más agradable y plena, intenta ponerle un poco a todo lo que haces, aunque esto pueda parecer difícil al principio, practica el arte del amor para ser feliz.
Estefanía López Paulín
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