El enamoramiento y distintos trastornos psicológicos comparten importantes síntomas como la taquicardia, dificultad para respirar, disminución del hambre, cambios repentinos de humor, obsesiones y preocupaciones persistentes, ¿es amor o un trastorno?
Bioquímicamente, el amor romántico y el trastorno obsesivo compulsivo grave no presentan ninguna diferencia. Este fue un descubrimiento de la profesora de psiquiatría y directora del Laboratorio de Psicofarmacología de la Universidad de Pisa, Italia, Donatella Marazziti, «Si solo un 3% de la población sufriera enamoramiento, se consideraría un trastorno mental.» Afirmó Donatella.
Todos nos enamoramos en algún momento de nuestra vida, es más, se trata de una condición a la cual las personas aspiran, lo curioso es que es una situación psicológica que nos aporta un estado de excitación y plenitud, y a la vez nos provoque síntomas propios a trastornos mentales, pero es justo por esa plenitud y excitación que no se identifica con ninguna condición médica.
En la realidad clínica, si consultamos los manuales de referencia de psiquiatría y psicología, no encontraremos el enamoramiento como trastorno en sí, pero sí que sus síntomas aparecen como condiciones clínicas. Uno de los requisitos claves para determinar si una afectación desemboca en un trastorno mental es la presencia de un malestar clínicamente significativo y una inadaptación en el ámbito social, laboral, personal y/o familiar.
Estar enamorado de alguien puede gastar mucha de nuestra energía, hasta el punto de incapacitarnos en algunas situaciones, por lo tanto ¿dónde está el límite en el cual se considera normal a lo que es significativo? Indudablemente estar enamorado trae consigo algunos síntomas que, si se dieran en otras situaciones, surgiría un problema psicológico.
Pero ¿cuáles son las condiciones psicológicas comparables con el amor?
La principal característica del trastorno obsesivo-compulsivo es la presencia de pensamientos y acciones repetidas e indeseables, muy difíciles de controlar. ¿No nos pasa lo mismo cuando estamos enamorados? Pues sí. De hecho, los estudios han demostrado que una persona enamorada pasa más del 85% de sus horas totales pensando en el ser amado.
La inestabilidad emocional es otro rasgo distintivo del amor. Al estar enamorados, pasamos de estar ilusionados y llenos de energía a tener ansiedad y estar preocupados con una facilidad excepcional. El miedo a perder a la persona amada puede ser desencadenado por cualquier disgusto, por muy pequeño que sea, pero que en ese momento nos parece primordial. ¿Ves alguna similitud de este comportamiento con el de un adicto? Es así porque a nivel fisiológico, se ha observado que los procesos de dopamina producen el mismo efecto que al consumir cocaína. Si vamos más allá, esta desesperanza que sentimos cuando, por ejemplo, pasamos por un ataque de celos o una ruptura amorosa, es totalmente comparable al síndrome de abstinencia.
Finalmente, la dependencia emocional tiene también un papel clave en el desarrollo del amor, desde el punto de vista de la psicopatología, los sentimientos de posesión, el miedo al rechazo o esta necesidad de ser el centro de atención en los ojos de alguien se considera un trastorno mental. Pero con el enamoramiento se hace una excepción. En el terreno romántico, estas características se consideran “normales”.
El enamoramiento se considera el primer paso por el contacto sexual y mantiene el ciclo vital gracias a la ilusión y el bienestar que nos genera, por ello, se trata una condición aceptada en nuestro entorno e incluso deseable.
De lo que no hay duda es que el amor mueve el mundo, y nos genera inevitablemente una gran diversidad de cambios tanto en nuestro comportamiento como nuestros pensamientos y emociones, con el fin de buscar una faceta de la felicidad.
Estefanía López Paulín
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