¿Qué hubiera pasado si Albert Einstein hubiera sido mujer? Probablemente, su historia sería muy diferente debido a la persistente brecha de género en el ámbito científico. Este fenómeno es conocido como el «efecto Matilda», un sesgo que desvaloriza los logros científicos de las mujeres, según explica la Asociación de Mujeres Investigadoras y Tecnólogas (AMIT) de España. El término honra a Matilda Joslyn Gage, activista del siglo XIX que fue la primera en señalar este tipo de discriminación.
El «efecto Matilda» destaca la invisibilización y negación del reconocimiento a las investigaciones realizadas por mujeres a lo largo de la historia, simplemente por su género. Para combatir esta injusticia, la AMIT lanzó la iniciativa #NoMoreMatildas, con el objetivo de visibilizar y reivindicar a las científicas cuyos logros fueron olvidados o menospreciados.
Entre las mujeres que han sido víctimas del «efecto Matilda» se encuentran:
- Mary Anning (1799-1847), pionera de la paleontología.
- Virginia Apgar (1909-1974), creadora de la prueba para evaluar a recién nacidos.
- Grace Hopper (1906-1992), precursora en ciencias de la computación.
- Katherine Johnson (1918-2020), clave en los cálculos para los vuelos espaciales de la NASA.
- Esther Lederberg (1922-2006), investigadora en genética bacteriana.
- Brenda Milner (1918-), fundadora de la neuropsicología.
- Valentina Tereshkova (1937-), primera mujer en el espacio.
- Chien-Shiung Wu (1912-1937), destacada en física nuclear.
Según datos de la Unesco, solo tres de cada 10 investigadores en el mundo son mujeres. En México, apenas el 37% de los 28,630 científicos del país son mujeres.
Para visibilizar esta situación, la ONU declaró el 11 de febrero como el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, con el objetivo de promover la igualdad de género en este campo y garantizar que las mujeres científicas reciban el reconocimiento que merecen.
