A pesar de que las autoridades federales ya confirmaron la llegada de la variante Ómicron del coronavirus a México y aunque se han encendido todas las alarmas sanitarias por el riesgo que se desprende de esta mutación; en San Luis Potosí, los Servicios de Salud del Gobierno del Estado yacen completamente dormidos y a ajenos al riesgo que acecha a los potosinos ante la advertencia de una cuarta ola y la amenaza que representa la nueva variante.
Hace algunos días, el doctor Andreu Comas García, del Centro de Investigación en Ciencias de la Salud y Biomedicina, (CICSAB) de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí, advirtió que, dada la evolución que está mostrando la pandemia en tierras potosinas, se espera un repunte importante de casos entre los días 10 y 15 de enero de 2022 como efecto de los festejos decembrinos. “En cuanto a temporalidad sería muy similar a la segunda ola, en cuanto a magnitud de casos y mortalidad, a la tercera ola”, estimó.
Pese a las advertencias y el riesgo que ya se ve inminente para los potosinos, es momento que la Secretaría de Salud y su titular, el doctor Daniel Acosta Díaz de León, no han implementado una sola acción para fortalecer los protocolos de prevención y, con ello, garantizar la seguridad, la salud y el bienestar de los potosinos, por el contrario, ha dejado de fomentar las medidas básicas de higiene y cuidado como el uso del cubrebocas, lavado constante de manos, uso de gel antibacterial o la sana distancia.
Sobre este tema, el mismo gobernador del Estado, Ricardo Gallardo Cardona, ha señalado la negligencia en que está incurriendo el Sector Salud y la COEPRIS al disminuir la vigilancia sanitaria en el aeropuerto y la central de autobuses, situación que permitiría el ingreso y la posterior dispersión del ómicron en tierras potosinas.