El dolor de rodilla es una de las molestias más habituales, tanto en personas jóvenes como en adultos mayores. Este síntoma puede variar en intensidad, desde una leve incomodidad hasta un dolor severo que limita la movilidad. Pero, ¿qué causa este problema?
¿Qué es el dolor de rodillas?
El dolor de rodillas es una sensación de molestia o incomodidad en la articulación que conecta el fémur, la tibia y la rótula. Esta articulación es una de las más complejas y utilizadas del cuerpo humano, ya que soporta el peso del cuerpo y participa en actividades diarias como caminar, correr, agacharse o subir escaleras.
Causas comunes del dolor de rodillas
- Sobrecarga o uso excesivo: Actividades físicas intensas o repetitivas, como correr largas distancias, pueden causar inflamación en los tendones o en el tejido que rodea la rodilla, generando dolor.
- Lesiones: Traumas como esguinces, desgarros de ligamentos o lesiones en el menisco son causas frecuentes de dolor, especialmente entre deportistas.
- Artritis: La osteoartritis, una condición degenerativa, es común en adultos mayores. También puede aparecer la artritis reumatoide, una enfermedad autoinmune que inflama la articulación.
- Problemas estructurales: Algunas personas tienen alteraciones en la alineación de las piernas o pies planos, lo que puede ejercer una presión desigual en las rodillas y provocar dolor.
- Enfermedades crónicas: Condiciones como la gota o la tendinitis también pueden causar inflamación y dolor en las rodillas.
¿Por qué duele?
El dolor de rodillas ocurre porque la articulación, los músculos o los tejidos circundantes están irritados, inflamados o dañados. Esto activa las terminaciones nerviosas que envían señales de dolor al cerebro. La causa exacta dependerá del origen del problema, pero en la mayoría de los casos, el malestar es una señal de que algo no está funcionando correctamente.
¿Qué hacer si te duelen las rodillas?
Si el dolor persiste, empeora o afecta tu calidad de vida, lo ideal es acudir a un médico o fisioterapeuta para un diagnóstico adecuado. Sin embargo, algunos consejos generales incluyen:
- Descansar y evitar actividades que agraven el dolor.
- Aplicar hielo para reducir la inflamación.
- Usar rodilleras o soportes para dar estabilidad.
- Realizar ejercicios de fortalecimiento y estiramiento, recomendados por un especialista.
