Reírte de un chiste no solo nos hace pasar un buen rato sino que además es un ejercicio de concentración donde organizas ambas partes de tu cerebro de una manera muy activa. Esta actividad es buena para tu memoria y el aprendizaje, en pocas palabras ayuda al funcionamiento de tu cerebro, ya que para entender el doble sentido tu cerebro pasa por un proceso de entendimiento.
Para entender un chiste de doble sentido se necesita del hemisferio izquierdo al igual que el derecho, en esta circunstancia el proceso de comprender a que se refiere el chascarrillo es un poco retardado, gracias a esto se utiliza más la capacidad de todo el cerebro pues el Hemisferio Izquierdo el encargado de la lógica y el lenguaje, en el se procesa las formas de expresión. En el hemisferio derecho el entendimiento es más tardado y recibe el significado paulatinamente para entender.
Es por ello que cuando un chiste nos genera humor primero se entiende con la extremidad izquierda y el derecho remata entendiendo la incongruencia es decir la falta de lógica y relación del doble sentido, este es proceso s el que provoca la risa. Lo gracioso de un doble sentido es determinado por tu cerebro el hemisferio izquierdo entiende lo que dices y el derecho pone a andar su imaginación regresando a la anterior parte para darle congruencia al albur.
Una vez que se ha concluido el proceso de congruencia pasa al sistema límbico que es el encargado de general las emociones. Este mismo proceso puede explicar porque para algunos las cosas son graciosas y para otros no, estas son consecuencias de un déficit en el hemisferio derecho.
