Aldo Arellano Paredes, director del Museo de Arte Contemporáneo y su pareja Elena Guillén Lagunes, trabajadora del Centro de las Artes, lucran con la cultura a través de una empresa fantasma, que ofrece servicios externos de «museografía», varios museos del Estado los han contratado, este negocio ilícito les ha generado ganancias por casi medio millón de pesos.
Ésta es una práctica ilegal, porque como trabajadores de gobierno están impedidos para celebrar otros contratos con más dependencias de gobierno, por tratarse conflicto de intereses y tráfico de influencias. Sin embargo, estando conscientes de esto, los funcionarios hacen negocios y se aprovechan de su posición laboral, acaparan el mercado sin dar oportunidad a empresas o museógrafos de obtener los contratos.
En información oficial de Transparencia aparecen los nombres de Aldo Arellano y Elena Guillén como proveedores externos del Museo del Virreinato, Secretaría de Cultura, Museo Francisco Cossío, Centro de las Artes, Museo Leonora Carrington en San Luis y en Xilitla, pero también aparecen sus nombres en listas de nómina como trabajadores de Gobierno del Estado.
Ambos tienen un salario por encima de lo normal, pero la codicia es mayor: Aldo Arellano Paredes como director del MAC percibe mensualmente $38,573.00 pesos, mientras que Elena Guillén Lagunes, es encargada de Servicios Educativos del Museo Leonora Carrington, ganando $41,800.00 pesos al mes.
En este probable ilícito también se involucran las funcionarias Claudia Canales Zambrano directora del Museo del Virreinato y Ofelia Zacarías Díaz Infante del Museo Francisco Cossío, porque sabiendo el posible conflicto de intereses, han contratado varias ocasiones los servicios de Aldo Arellano y Elena Guillén fingiendo un apoyo interinstitucional.
Elena, recibió en el mes de julio dos cantidades: $21,000.00 y $14,000.00 pesos por el montaje de la exposición “Dibujos equivocados”, cheque expedido por la SeCult y firmado por el Contralor Interno de esa dependencia, el contador Alejandro Rodríguez, quien también incurre en responsabilidad.
La directora del Museo del Virreinato, Claudia Canales Zambrano le pagó varias cantidades a Elena durante los meses de octubre, noviembre y diciembre 2018 por “museografía, iluminación y guion”, sumando casi $300 mil pesos. En las facturas se menciona a Elena como persona física con actividades empresariales, las cotizaciones están en hojas membretadas con la leyenda “Capelo Colorado, bienes y servicios culturales” lo que al parecer es la empresa fantasma.
El Museo Francisco Cossío, a través de su directora Ofelia Zacarías Díaz Infante, compró 4 vitrinas para una exposición, pagando un total de $70,000.00 el cheque está a nombre de Elena Guillén, esta información que se puede constatar en el documento de egresos 2018.
Aldo Arellano recibió pagos por “museografía” de exposiciones en el Centro de las Artes, durante septiembre de 2018, cobró $81,200.00 pesos por concepto de “textos, cédulas, museografía del Museo Leonora Carrington en Xilitla”, constatable en el documento LTAIPSLP84IVB Egresos obtenido por CEGAIP. Aldo cobró más cantidades similares en tres exposiciones para el Centro de las Artes.
Es preocupante el nivel de corrupción que existe en la SeCult, el propio secretario de Cultura, Armando Herrera está enterado del negocio ilícito de Aldo y Elena. En otros reportajes ya exhibimos cómo opera la corrupción en el primer círculo de la Secretaría.
Lamentablemente, este es un notorio ejemplo de cómo el poder y el dinero cambian a las personas, pues de acuerdo a varios testimonios de trabajadores de museos, en el año 2017 Aldo y Elena se desempeñaban como museográfo y encargada de servicios educativos en el Museo Federico Silva, sin reflectores ni excesos pero con la conciencia tranquila, trabajando en beneficio de la cultura y no para enriquecerse de manera ilegal y deshonesta.
Seguiremos informando…