El cineasta iraní Mohammad Rasoulof enfrenta una condena draconiana de ocho años de prisión y latigazos apenas días antes de presentar su última obra en el Festival de Cannes 2024. Este acto, que podría interpretarse como una medida de censura, refleja el constante enfrentamiento del artista con las autoridades de su país.
Rasoulof, conocido por sus críticas al régimen iraní a través de su cine, ha sido objeto de prohibiciones, arrestos y restricciones a lo largo de su carrera. Su última película, «The Seed of the Sacred Fig», que compite en la Selección Oficial de Cannes, explora el caos dentro del sistema judicial iraní a raíz de las recientes manifestaciones en el país.
Esta no es la primera vez que Rasoulof se enfrenta a la represión estatal. En 2010, fue arrestado por filmar «Good Bye» sin los permisos gubernamentales. Además, en 2022, criticó la respuesta violenta del gobierno a las protestas por el derrumbe del edificio Metropol en Abadán, lo que resultó en otro período de prisión.
La sentencia actual, considerada la más severa hasta la fecha, ha generado especulaciones sobre si se pretende obligar al cineasta a retirar su película de Cannes. «The Seed of the Sacred Fig» cuestiona abiertamente a las figuras que supuestamente imparten justicia en Irán, lo que podría haber desencadenado la respuesta punitiva del gobierno.
La trayectoria de Rasoulof está marcada por su lucha por la libertad de expresión y los derechos humanos en su país. A pesar de las restricciones, su obra ha sido reconocida internacionalmente, como lo demuestra su participación en festivales como Cannes y Telluride.
El caso de Rasoulof destaca la importancia del arte como herramienta de resistencia y denuncia en contextos represivos. Su valentía y compromiso con la verdad continúan inspirando a artistas y activistas en todo el mundo
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