Por realizar eventos culturales como pretexto para despilfarrar dinero y poder parrandear a su gusto, así como el de sus familiares, señalan a Marco Antonio Villa Salazar, director del Instituto Potosino de Bellas Artes (IPBA).
Las denuncias afirman que desde que se nombró a Villa Salazar como el director del IPBA, asigna el presupuesto de todas las áreas arbitrariamente. Señalan que para los eventos del área de literatura se dan recursos ilimitados, con los que agasajan a los invitados, terminando en un derroche de lujos y hasta bebidas alcohólicas. Mientras, otras áreas carecen incluso de hojas blancas para imprimir.
La polémica se exhibió tras un evento el pasado jueves 16 de noviembre, donde tuvo lugar una exposición en el IPBA. Amigos y familiares de Marco Antonio Villa Salazar y María Eugenia Urbina Espejel asistieron al evento. Con lo que muchos cuestionaron la gestión de Villa Salazar como director.
De acuerdo con algunos señalamientos, Villa Salazar ha sido influenciado y manipulado por María Eugenia Urbina Espejel, coordinadora de literatura en el IPBA. Alegan que la coordinadora tiene un poder desproporcionado en la toma de decisiones, incluyendo el manejo de presupuestos, dejando sin fondos a otras disciplinas dentro del instituto.
El foco de la controversia se centra no solo en la asignación de fondos sino también en la ostentación de eventos con lujos innecesarios, incluyendo la entrega de alcohol a selectos invitados.
Esta situación ha levantado críticas sobre la gestión del IPBA y la necesidad de revisar las prácticas administrativas, garantizar una distribución justa de recursos y una mayor transparencia en la toma de decisiones. La comunidad artística y cultural espera respuestas por parte de las autoridades del Instituto Potosino de Bellas Artes ante estas acusaciones.
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