La dieta Keto, conocida por su popularidad entre quienes buscan perder peso sin renunciar a la saciedad ni someterse a extremos, ha capturado la atención de muchas mujeres en su búsqueda por transformar sus siluetas sin comprometer su salud. Pero, ¿qué es la dieta Keto y cómo opera?
Esta tendencia nutricional, también llamada cetogénica, se distingue por restringir los carbohidratos, eliminando cereales, azúcares e incluso ciertas verduras y frutas a favor de alimentos ricos en grasas saludables y proteínas, como el aguacate o el pescado azul, según describe el Instituto Médico Cleveland Clinic.
La meta primordial de esta dieta es llevar al cuerpo a un estado metabólico denominado cetosis, similar al ayuno intermitente, donde la quema de grasa se convierte en la principal fuente de energía en lugar de la glucosa. Para alcanzar esto, se limita la ingesta de carbohidratos a menos de 50 gramos al día.
La dieta Keto se basa en alimentos ricos en grasas saludables, como el aguacate, frutos secos, aceite de coco, huevos o lácteos enteros. Estos alimentos, por ser ricos en calorías y brindar una sensación de saciedad prolongada, ayudan a controlar la ingesta calórica y reducir los antojos de carbohidratos y azúcares, promoviendo la pérdida de peso. Una dieta Keto típica consiste en un 60% de grasa saludable, alrededor de un 30% de proteínas y un 10% de carbohidratos, a diferencia de la dieta occidental que contiene un 30% de grasas, un 15% de proteínas y un 55% de carbohidratos.
Limitar los carbohidratos busca privar al cuerpo de su fuente principal de energía, la glucosa. Esto lleva al hígado a descomponer las grasas almacenadas en ácidos grasos y cetonas para proporcionar energía. Estos cuerpos cetónicos, derivados de la grasa, son utilizados como fuente de energía, marcando la diferencia entre la dieta Keto y otros planes alimenticios.
Además de la pérdida de peso, la dieta Keto puede aumentar la saciedad, reducir los antojos, mejorar la energía y el estado de ánimo, así como favorecer la salud cognitiva y muscular. Sin embargo, no es adecuada para todos. Es esencial consultar a profesionales de la salud antes de iniciarla, especialmente si se tienen enfermedades metabólicas, problemas tiroideos, renales, hepáticos o pancreáticos, diabetes o trastornos alimentarios.
Para seguir la dieta Keto correctamente, es vital entender los alimentos permitidos y prohibidos, calcular los macros adecuadamente (grasas, proteínas y carbohidratos), planificar las comidas de manera equilibrada y comprender sus fases:
- Inducción: Reducción drástica de carbohidratos para entrar en cetosis.
- Adaptación cetogénica: El cuerpo se adapta gradualmente al uso de grasas y cetonas como fuente principal de energía.
- Mantenimiento: Mantener la dieta a largo plazo, una etapa desafiante que requiere determinación.
Aunque efectiva para muchas personas, la dieta Keto no es universal. Siempre consulta con un profesional de la salud antes de realizar cambios significativos en tu alimentación.
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