Elon Musk, el excéntrico empresario y CEO de empresas como Tesla y SpaceX, se encuentra nuevamente en el ojo del huracán después de que su startup Neuralink implantara un chip inalámbrico en el sistema nervioso de un mono para permitirle jugar videojuegos. Este controvertido experimento ha generado fuertes críticas en el ámbito de la bioética y el bienestar animal.
Según declaraciones de Musk durante una sesión de preguntas y respuestas, un inspector del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA) visitó las instalaciones de Neuralink y elogió el estado del laboratorio como «las más bonitas que había visto». Musk defendió el experimento afirmando que hizo un «esfuerzo adicional para los monos» y que está explorando qué efectos tendría permitir que los primates jueguen Mind Pong entre sí utilizando la tecnología de Neuralink.
Este no es el primer intento de Musk de fusionar la tecnología con el cerebro humano y animal. Anteriormente, Neuralink realizó operaciones similares en otros primates y cerdos. Musk argumentó que el mono implantado con el chip inalámbrico se ve «totalmente feliz» y que no parece estar afectado negativamente por el dispositivo.
Sin embargo, las críticas no se han hecho esperar. Organizaciones y expertos dedicados a la protección de la vida silvestre han expresado su preocupación por este tipo de experimentos, cuestionando el consentimiento y el bienestar de los animales involucrados. La discusión sobre bioética y especismo ha cobrado relevancia ante este tipo de prácticas científicas.
Neuralink, la empresa de Musk detrás de este proyecto, tiene como objetivo a largo plazo implementar chips similares en seres humanos para lograr enlaces de banda ancha entre los cerebros y las computadoras. Musk ha mencionado que esto podría revolucionar la comunicación y la velocidad de intercambio de información, así como contribuir al tratamiento de enfermedades mentales y cerebrales.
El debate ético en torno a estos avances tecnológicos continúa siendo objeto de análisis y reflexión por parte de la comunidad científica y la sociedad en general.
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