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Día 3 Semana de Alta Costura

* Por Sofía Paulín

El 6 de Julio continuaron los desfiles de alta costura en la capital de moda francesa. El día con mayor actividad de toda la semana, sin duda alguna, y elaborados diseños a la par. Entre las marcas del tercer día, se encontraban, Balenciaga, Jean Paul Gaultier y Maison Margiela.

El desfile de Balenciaga, a medio día, creo gran revuelto en redes sociales, debido a su particular casting. Kim Kardashian, Dua Lipa y Naomi Campbell, junto a Bella Hadid se encargaron de dar más que suficiente visibilidad al evento. A demás de hacer un excelente trabajo manteniendo relevante a la marca, Demna Gvasalia demostró que también sabe cómo aportar nuevas ideas de alta costura y mantener el ADN de la marca de más de 100 años. El desfile abrió con humanoides vestidos en catsuits de neopreno sustentable, hecho a partir de una técnica llamada “limestone” y escudos faciales que cubrían la identidad de cada uno. Demna dijo que este tipo de material es su equivalente al gazar, la seda rígida que Cristóbal Balenciaga inventó, con ayuda de la fabricante Abrahams, en 1958 para dar forma a sus voluminosos vestidos. Este último material se vio en vestidos de colores brillantes, rosa, rojo, amarillo, verde y negro. También vimos vestidos de plumas, azul y negro, cuero acanalado, abrigos tipo bata de baño y streetwear arrugado permanentemente para dar el toque personal del director creativo.

Una hora y media más tarde fue el turno del diseñador libanés Elie Saab. Reconocido por sus detallados vestidos, dignos de la realeza, hacía varias temporadas que se le pedía diseñar menswear, finalmente, para esta colección, cumplió los deseos del público. Los primeros diseños fueron compuestos de una triada de plumas negras, verdes y rojas, en la falda de un vestido, luego en una majestuosa capa y el tercer look las llevó en la parte superior de un vestido, con cuello alto y manga larga. Saab creó un diseño de serpiente, destinando lentejuelas negras y doradas para ser las escamas, esta idea la colocó primero sobre tela transparente y luego sobre tafeta negra. Haciendo uso de sus habilidades de moldeado, creó cuellos y mangas de volantes con gran volumen y forma. Los vestidos asimétricos, cuellos halter y tops cruzados tuvieron una importante presencia en la colección. Y como hemos visto en el trabajo pasado del diseñador, miles de cuentas y cristales no podían faltar, bordadas, en flecos, en patrones específicos o cubriendo la tela por completo. El desfile cerró con un vestido de novia beige cubierto en pedrería azul, rosa, plateada y dorada, con un ramo hecho de las mismas cuentas y un tr en watteau.

La siguiente cita del día fue con Viktor & Rolf. La dupla tuvo la mejor respuesta a su última colección de hombros extra altos. Esta temporada eran cuellos extra abiertos. Con las mismas bases de su diseño anterior, esta vez decidieron redirigir el largo de sus camisas en diagonal sobre el ancho de los hombros. El desfile constó de dos partes, en la primera, los diseños llevaban una base de aluminio debajo de la tela para dar forma y en la segunda, libres de estructura caían en un perfecto drapeado sobre os hombros de las modelos. La transición entre ambas partes fue de un intermedio donde ambos diseñadores manipularon un atuendo frente al público, dando a conocer la nueva, más relajada silueta. Los diseñadores explicaron sus prendas oversized como una crítica a la masculinidad tóxica “ropa de hombre que no da la talla, una masculinidad que no da la talla.” Entre trajes y corbatas hubo rayas verticales y de alfiler; rosa, lila y amarillo pastel, pero también blanco, negro, gris y azul marino; glitter y cuero; lentes de aviador y altas plataformas que se perdieron en la segunda parte, reemplazados por zapatos planos de ballet. La ropa de hombre no es aburrida, solo hay que encontrar nuevas maneras de llevarla.

Zuhair Murad escogió una temática espiritual para su colección. Cartas tarot, astrología, planetas y estrellas. La magia del cosmos se vio plasmada en cada diseño. En los primeros looks, bordó diferentes cartas del tarot con
lentejuelas a todo color y accesorizó con plumas negras. El resto del show fue igual de colorido, abarcando todo el arcoíris en rojo, amarillo, verde brillante, azul pastel, Klein y medianoche, morado profundo, blanco y unos cuantos looks en blanco. Cada diseño abordó el tema de manera diferente, algunos llevaban aplicaciones para representar a los signos zodiacales, otros tenían bordadas estrellas fugaces y ojos de Myrad, que algunos
consideran la ventana del alma, o serpientes, símbolos de salud y vigor. Hubo vestidos a un hombro balanceados con cortes abiertos en la pierna contraria, escotes cuadrados y de corazón, faldas estilo sirena, chaquetas cortas y capas. El distintivo fueron sus turbantes, que también llevaban bordados y aplicaciones. Para enfatizar la figura, Murad no solo utilizó cinturones, pero acudió a las sobre faldas de chiffon, cortes high-low y volantes de tul.

Jean Paul Gaultier presentó su tercera colección con un diseñador invitado, esta ocasión fue el director creativo de Balmain, Oliver Rousteing quien se encargó de diseñar los 58 looks. El desfile comenzó con una serie de atuendos inspirados en la colección “Les Tatoages” para primavera del ’94, combinadas con denim y líneas marineras. Como zapatos, Rousteing preparó botas militares con altas plataformas metálicas, que más adelante vimos con un top turquesa, imitando la imagen de la fragancia “Le Male” de JPG que el joven diseñador recuerda su padre usaba. La segunda sección del show se enfocó en la propia visión de Oliver, con corsés, capuchas, gorras y construcción característica de esta última era de Balmain. También vimos un vestido recordando aquel que Madonna llevó a la Gala AmFar en 1992, de líneas de alfiler y pechos descubiertos. Hubo un par de bodies que fueron creados a partir de vidrio con la ayuda del experto que diseñó los vitrales de la catedral de Notre

Dame. Rousteing también presentó looks con la conocida técnica de deconstrucción de JPG donde se lleva una prenda sobre puesta sobre otra, como en exhibición. Y finalmente hizo una oda a las y los costureros detrás de las prendas con un vestido de cinta de medir y un top en forma de corazón inspirado en un cojín de alfileres. El show terminó con JPG completamente sonrojado y un contento Oliver usando su propia colección

El último desfile del día se llevó a cabo en el Palais de Chaillot, donde John Galliano desarrolló una dramática puesta en escena para Maison Margiela Con una temática del viejo oeste titulada “Cinema Inferno” el espectáculo comenzó con una pareja en sombreros y botas vaqueras situados en el desierto de Arizona. (El específico set, fue elección del diseñador, debido al tiempo que pasó en recuperación en ese mismo desierto circa 2011.)

Los vaqueros son atacados por bandidos en sacos y gabardinas cubiertos en glitter y cargando (falsas) armas de fuego. En un glamouroso salto, Galliano creó pumps rojos cubiertos en cristales del mismo color y un pequeño bolso a juego. También hizo referencias a la cultura de bailes de secundaria sureños con vestidos de tul en colores pastel y llenos de volantes, mientras que los hombres llevaron trajes con tela flocada en espirales y notas musicales. Más adelante vimos sastrería deconstruida y cortada con brutalidad, vestidos de coloridas plumas y abrigos de tartán.

En otra escena, caminaron tenebrosas enfermeras en abrigos verde menta y guantes rojos. El show cerró con atuendos del día de brujas con orejas de conejo, espantapájaros, una calabaza y payasos malignos. El diseñador explicó que el pecado, la muerte y el abuso de su show, representan un círculo vicioso, que, a pesar de quedar en el pasado, no puede escapar de la memoria.

Seguiremos informando. 

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