Un reciente estudio publicado por la Universitat Autònoma de Barcelona y el Centro Helmholtz de Investigación Ambiental en Leipzig, Alemania, ha alertado sobre los riesgos de salud asociados a las bolsitas de té comerciales. La investigación ha demostrado que ciertos tipos de bolsitas de té, especialmente las hechas con polímeros como nylon-6, polipropileno y celulosa, liberan millones de micro y nanoplásticos durante su preparación.
Los investigadores detectaron que al sumergir estas bolsitas en agua caliente, se liberaron grandes cantidades de microplásticos, con partículas que alcanzan tamaños de hasta 136.7 nanómetros. El polipropileno, por ejemplo, liberó cerca de 1,200 millones de partículas por mililitro, mientras que la celulosa emitió aproximadamente 135 millones de partículas por mililitro.
El estudio también reveló que estas partículas pueden penetrar las células intestinales humanas y llegar al torrente sanguíneo, expandiéndose por todo el cuerpo. Los microplásticos, que son fragmentos de plástico menores de 5 milímetros, pueden acumularse en órganos como el hígado y los riñones, además de transportar contaminantes ambientales como metales pesados y pesticidas, aumentando su toxicidad. Esto podría generar irritación en los tejidos y activar una respuesta inflamatoria crónica, lo que potencialmente podría dañar los órganos y alterar el funcionamiento de las células.
Aunque no todas las bolsitas de té liberan microplásticos en grandes cantidades, este estudio pone en evidencia los riesgos ocultos en productos de consumo cotidiano. Los expertos sugieren optar por alternativas de té que no utilicen plásticos sintéticos o materiales más seguros, y destacan la importancia de seguir investigando sobre el impacto de los microplásticos en la salud humana.
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