A lo largo de la historia, numerosos descubrimientos científicos han sido atribuidos a la casualidad, como la manzana de Newton o la basura sin sacar de Fleming. Sin embargo, detrás de estos hitos suele haber mentes excepcionales capaces de conectar eventos aparentemente fortuitos. En este sentido, el equipo de investigación del área genómica y salud de la Fundación para el Fomento de la Investigación Sanitaria y Biomédica de la Comunidad (FISABIO), junto con la Clínica Odontológica, Fundació Lluís Alcanyis, de la Universidad de Valencia, han convertido un proyecto en una realidad tras diez años de estudio y desarrollo.
En 2013, el investigador Alejandro Mira y su equipo publicaron un artículo sobre Streptococcus dentisani, caracterizando dos cepas bacterianas que denominaron de esta manera. Estas cepas, presentes en el 10 % de la población sin historia de caries, demostraron su capacidad para reducir significativamente la producción de ácido, un factor clave en la formación de caries.
Tras secuenciar los genomas de estas cepas, se evidenció su singularidad en comparación con otras especies del género Streptococcus, incluso con las más cercanas filogenéticamente, como Streptococcus oralis y S. mitis. Este hallazgo fue crucial para el desarrollo posterior de su potencial como probiótico para la salud bucal.
El estudio «Topic Application of the Probiotic Streptococcus dentisani Improves Clinical and Microbiological Parameters Associated With Oral Health» ha demostrado que S. dentisani, aislado de individuos sin caries, posee propiedades beneficiosas in vitro, como actividad antimicrobiana contra patógenos bucales y la capacidad de neutralizar la acidez mediante la producción de amoníaco, reduciendo así el riesgo de caries.
El ensayo clínico, realizado en un grupo de voluntarios, aplicó un gel bucoadhesivo con S. dentisani y un placebo durante un mes. Los resultados mostraron una disminución en la cantidad de placa dental y en la inflamación gingival en el grupo tratado con los probióticos, junto con un aumento significativo en los niveles de amoníaco y calcio en la saliva, reduciendo así la acidez y previniendo la formación de caries.
Además, se observó una modificación beneficiosa en la composición bacteriana de la placa dental, disminuyendo la presencia de organismos que generan caries. Aunque la eficacia de la colonización de S. dentisani en la cavidad bucal aumentó con el tiempo, aún se investiga cómo mejorar su eficiencia para maximizar sus beneficios.
Este descubrimiento marca un hito en la prevención de caries, una patología dental generalizada y asociada a diversas complicaciones de salud. Se plantea la posibilidad de aplicar S. dentisani en productos dentales como pasta de dientes en polvo, gel bucodental o comprimidos masticables, abriendo un nuevo campo de investigación que busca redefinir el equilibrio bacteriano en la cavidad bucal para favorecer la salud dental.
El potencial de esta bacteria anti-caries podría representar un avance revolucionario no solo en odontología sino también en la búsqueda de soluciones a otras enfermedades infecciosas, planteando la hipótesis de que la respuesta a ciertas patologías podría encontrarse en nuestro propio organismo.
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