El proceso de elaboración del pulque es artesanal y meticuloso. Se extrae el aguamiel de la planta de maguey, la cual debe ser cultivada y protegida durante varios años. Una vez recolectado, el aguamiel se somete a un proceso de fermentación que puede durar de uno a varios días, dependiendo de las condiciones ambientales. Este proceso transforma el aguamiel en pulque, dándole su característico sabor y textura lechosa.
El pulque puede consumirse en su forma natural, conocida como blanco, o en diversas variantes saborizadas llamadas curados. Estos curados se elaboran mezclando el pulque con frutas, hierbas o dulces, creando sabores como fresa, piñón, guayaba o avena, entre otros.
El pulque no solo es conocido por su sabor, sino también por sus beneficios para la salud. Es rico en probióticos, vitaminas y minerales, lo que lo convierte en una bebida nutritiva que favorece la digestión y fortalece el sistema inmunológico. Su contenido alcohólico es bajo, generalmente entre 2% y 7%, lo que lo hace una opción ligera y refrescante.