
Las Islas Marías, un archipiélago de historia y transformación en el Pacífico mexicano, albergan un sitio emblemático que combina memoria, naturaleza y turismo sostenible: La Calera. Este lugar, construido en piedra caliza, fue en su momento una pieza clave en la edificación de la antigua colonia penitenciaria, y hoy se erige como un símbolo de resignificación y esperanza.
La Calera fue una estructura fundamental en la producción de cal utilizada en la construcción de edificios dentro del archipiélago. Con el paso del tiempo y la transformación de las Islas Marías en un centro de educación ambiental y turismo sustentable, este sitio ha adquirido un nuevo significado. Lejos de su pasado penitenciario, hoy La Calera invita a los visitantes a reflexionar sobre la capacidad del ser humano para resignificar espacios y convertirlos en testimonios vivos de la evolución social y cultural.
El turismo ha jugado un papel crucial en esta reconstrucción simbólica. Ahora, entre los vestigios de su historia, los visitantes pueden recorrer sus antiguas estructuras y conectar con el entorno natural que la rodea. La Calera no solo es un atractivo arquitectónico, sino también un espacio de contemplación que permite valorar el impacto del tiempo y la transformación de los espacios en función de nuevas narrativas.