En la búsqueda constante de soluciones para mejorar la salud intestinal, un grupo de científicos de la Escuela de Medicina Wake Forest ha dado un paso sorprendente: desarrollar un «cóctel probiótico» derivado de las cepas de bacterias intestinales presentes en la popó de los bebés.
El estudio, publicado en la revista médica Scientific Reports, revela que estas bacterias pueden aumentar la capacidad del cuerpo para producir ácidos grasos de cadena corta (AGCS), componentes cruciales para una buena salud intestinal.
El Dr. Hariom Yadav, profesor de medicina molecular en la Escuela de Medicina Wake Forest y autor del estudio, explicó: «Los ácidos grasos de cadena corta son un componente clave de la buena salud intestinal».
A diferencia de la popó de los adultos, que contiene bacterias útiles para el tratamiento de enfermedades como la diabetes, obesidad, trastornos autoinmunes y cáncer, la popó de los bebés es particularmente rica en cepas probióticas.
Para llevar a cabo la investigación, se utilizaron las heces de 34 bebés. Después de aislar, caracterizar y validar la seguridad de las cepas de Lactobacillus y Enterococcus, un grupo de ratones recibió una dosis de los probióticos humanos, que demostraron mejorar la producción de AGCC en el intestino de los roedores.
Es importante destacar que la mezcla probiótica se prepara a partir de cultivos bacterianos purificados, no del excremento en sí mismo. El Dr. Yadav afirmó que, si bien la ingesta oral de estos probióticos podría resultar beneficiosa, planean incorporar el cóctel a productos comerciales como yogur y kombucha para el consumo humano.
A pesar de estos avances prometedores, se necesitan más investigaciones antes de que este «superalimento» derivado de la popó de bebés esté disponible en las tiendas para mejorar la salud intestinal de las personas.
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