Ciudad Valles, S.L.P. – En menos de una semana, dos ciudadanos denunciaron presuntos abusos por parte de elementos de la Dirección de Seguridad Pública y Tránsito Municipal, lo que vuelve a poner en entredicho la integridad de los operativos policiacos.
El primer caso se registró el pasado miércoles, cuando Pablo Cruz Segura, residente del municipio de Tamuín y de oficio soldador, fue detenido por agentes municipales cuando se dirigía a la Feria Nacional de la Huasteca Potosina acompañado de su esposa e hija. La detención ocurrió a la altura de la empresa Cemex, donde los agentes marcaron el alto al observar latas de cerveza vacías dentro de su vehículo.
Además fue sometido a una prueba de alcoholimetría cerca del Panteón Municipal, resultando con un grado bajo de alcohol, lo que derivó en su traslado a barandilla. Ahí, asegura, le exigieron 800 pesos para ser liberado, sin extenderle ningún recibo.
Al día siguiente, al acudir a la comandancia para recuperar su unidad, se encontró con un acta que –según afirma– fue alterada: se indica que fue detenido en el Libramiento Poniente, y no en la carretera Valles-Tampico. Además, la multa reflejaba múltiples infracciones no mencionadas durante su detención, como vidrios polarizados, falta de placas y manejo en estado de ebriedad. El monto para recuperar su vehículo supera los 8 mil pesos, cifra que considera injustificada y exige sea investigada.
El segundo caso ocurrió el sábado, también en los terrenos de la feria, y fue denunciado por Juan Hernández, comerciante originario de Coxcatlán y músico de una banda regional. Él relató que se tenía que presentar a tocar en un bar dentro de la Fenahuap, estacionó su camioneta cerca de la entrada principal, bajo la indicación de policías municipales y un supuesto cobrador, quienes le aseguraron que el lugar era seguro. Incluso le cobraron 100 pesos por el espacio, al igual que a otros compañeros.
Al regresar, horas después, descubrió que una de sus hieleras fue saqueada: le robaron productos lácteos y embutidos valuados en más de 3 mil pesos, mercancía que estaba lista para entrega. Asegura que solo quienes sabían lo que transportaba –los oficiales y el cobrador– pudieron haber cometido el robo, pues la hielera no fue sustraída en su totalidad y el resto de la camioneta quedó intacta.
“Siento coraje e impotencia, porque ese dinero es parte del sustento de mi familia. No es justo que quienes deben cuidar a la ciudadanía sean los que terminan afectándonos”, declaró.
Ambos casos ya circulan en redes sociales, generando indignación entre ciudadanos que señalan que estos hechos no son aislados, y exigen que se intervengan y se abra una investigación formal contra los elementos involucrados.
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