
Futuro príncipe reciba este pequeño regalo sí es su voluntad leerlo y reflexionar antes de emprender su singular aventura; para empezar debo informarle que hace tiempo existió en San Luis Potosí un grupo de hombres que llegaron al poder por medio del engaño y la violencia los cuales se autonombraron la Nobleza Potosina, lo repitieron tantas veces que todos lo creyeron pero pronto se pondría en evidencia que la cuna donde nacieron aunque manchada de sangre no era sangre azul, los plebeyos empezaron a cuestionar la obediencia otorgada, los nuevos nobles ya no eran queridos por el pueblo por lo que decidieron dejar a tras ese discurso de divinidad y planearon que el poder recayera a manera de pantalla en uno más del pueblo, empezaron con un abogado que sucumbió a la tentación de los placeres carnales de una manera pueril, perdón puebleril, le siguió un contador que aunque hoy sus hijos se ostentan en las revistas del corazón como duques aquí en su barrio sabemos que no son más qué vulgares delincuentes, perdón comerciantes (este auto corrector) le siguió un médico conocido como Flanders pero solo por el bigote y lo ñoño porque de cristiano no tuvo nada terminando por un doctor en derecho cuyos amigos narran que siempre soñó con pertenecer a la realeza potosina y cada paso realizado en su vida fue encaminado a lograrlo, a pesar de ser un erudito es lamentable que desde estudiante ya tenía las manos atadas por la caridad recibida de esta Nobleza es decir nunca tuvo oportunidad de que lo vieran como un igual mucho menos como un superior.
Este último y actual monarca recibió tantos favores de diferentes nobles para lograr el principado que le resultó difícil satisfacer plenamente a unos sin ofender a otros, para poder legitimarse ante el pueblo ocupó la ayuda de una legión extranjera que se le coló hasta los huesos y claro tuvo que contratar las armas de los mercenarios que al acabar la guerra lo abandonaron no sin antes perder batallas para causarle la ruina y apropiarse del reinado en busca de su propia ambición.
Ante este escenario el príncipe decidió asegurar la lealtad de los nobles sobre la lealtad de su pueblo, olvidándose que al final estos son pocos a comparación del pueblo que es una multitud, no tomó en cuenta que lo peor para un príncipe es ser abandonado por su pueblo, que los nobles pueden ser cambiados a su contentillo, pero siempre tendría que vivir con quienes votaron por él. Delego la tarea de atender a su pueblo a magistrados y secretarios en su mayoría aduladores que hoy por hoy han dejado de obedecerle, inclusive lo han enfrentado abiertamente al actuar conforme sus propios intereses con el fin de despojarlo de su Estado, provocando que parezca que lo que hoy el príncipe se compromete a hacer mañana lo deshace sin que se pueda confiar ni en sus decisiones ni en su palabra.
Al ver su realidad este príncipe ha decidido actuar desde la neutralidad, tal vez pensó si no me muevo no me ven y puedo terminar este reinado si no con éxito si con la cabeza en los hombros, actitud de tibieza con lo que perdió a todo el que pudo ser su amigo porque en el momento que necesitó declararse como valiente no quiso empuñar la espada, su cobardía no lo dejo ponderar que si ganaba la batalla sería un héroe y si perdía sabría qué podría contar con aliados capaces de empuñar lo necesario en justa futura para su defensa aunque esto significará dejarle la vida, simplemente porque eso es lo que hace un pueblo agradecido; En vez de rodearse de hombres de buen juicio para decirle la verdad decidió seguir con mercenarios al grado que hoy tenemos duques de diferentes casas que aspiran remplazarlo en su trono y piensan que seguir su ejemplo es la receta lógica para lograrlo, es decir; son hombre sin la valentía para estar al frente de sus ejércitos, que creen que el derecho sigue en la herencia, que han optado por satisfacer a sus soldados a expensas del pueblo y que han confundido el temor con el odio, supuestos nobles que viven de la rapiña y de la expropiación de lo ajeno, no saben mantener la palabra empeñada, son usurpadores de bienes, raptores de las mujeres de sus súbditos, poco firmes, afeminados, pusilánimes, frívolos, volubles, irresolutos no sólo no tienen el amor del pueblo tampoco su temor más bien tienen el odio, la mofa porque son despreciables sin darse cuenta que habitan en el descontento del pueblo que debería amarlos.
Su soberbia ha exasperado a los mismos viejos nobles, contemplamos a estos mirreyes poniendo a la vista su cobardía al desarmar a sus súbditos para armar a sus mercenarios, su arrogancia no los deja ver que la opción vive en no ser odiado por el grupo más numeroso, no han caído en cuenta que no hallarán compasión de uno ni del otro, que nadie irá en su ayuda para arriesgarse a su favor ya que cuando demuestran sus sentimientos con las armas con la neutralidad peor aún de la perversidad como lo han hecho lo que demuestran no es poder sino poquedad e ingratitud.
Mi consejo para el que aspira ser príncipe 2021 es que debe ser el primero al frente de sus tropas, si sus capitanes no resultan capaces y valientes debe sustituirlos y si es un buen capitán debe delimitarlo por medio de las leyes, debe tener armas propias, no se mezcle con extranjeros, busque nuevas armas pero no cambie a sus combatientes, los hombres se ganan más con las acciones presentes que con los linajes pasados, no hay más vergüenza que aquel que nació señor pierda su trono por falta de cordura, recuerde que huir y no defenderse es indigno, si debe escoger entre nobles, extranjeros, mercenarios o el pueblo recuerde que el pueblo es el que jamás debe ser su enemigo, prefiera ser impetuoso sobre la cautela, no se venda aunque tarde más tiempo ya que un principado que no posee fuerzas propias en ningún momento estará a salvo y jamás confié en la fortuna, tenga siempre presente que la fortuna es mujer.
Reflexión: “Para que Moisés abriera el Mar Rojo debimos ser esclavos, para que Jesús resucitará debió primero ser crucificado”.